sábado, 14 de febrero de 2015

La hormiga más pequeña

The smallest ant

En 2004 Fernando Fernández, experto en hormigas neotropicales, describió la obrera de una nueva especie procedente del Brasil a la que denominó Carebara minuta. Medía tan solo de 0.99 a 1 mm de longitud, lo que hizo afirmar al autor que se trataba probablemente de la hormiga más pequeña del hemisferio occidental.
Frente a los géneros más grandes como Dinoponera, con obreras que pueden alcanzar los 3 cm, el género Carebara cuenta con algunas de las obreras más diminutas, como queda reflejado en los nombres que han recibido varias de sus especies: C. infima, C. minima, C. minuta, C. nana, C. nanus, C. pygmaeus. Pero tan pequeñas como las obreras de Carebara, y más delgadas, son las del género Leptanilla, todas distribuidas por el hemisferio oriental. Su nomenclatura nos indica igualmente la miniaturización a que han llegado: L. exigua, L. minuscula, L. nana, L. tenuis… Baroni Urbani (1977) declaró que L. nana (1 mm), L. oceanica (1-1.2 mm) y L. boltoni (1.1-1.2 mm) eran las hormigas más pequeñas conocidas hasta entonces. 
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A finales de agosto de 2014, en un berlese donde coloqué una muestra de 20 kg de tierra recogida en Madrid, aparecieron 4 obreras de Leptanilla. Tres de ellas eran claramente L. charonea, de color amarillo pálido y con cabeza elongada de lados paralelos. La cuarta obrera llamó mi atención por su color blanquecino translúcido. Al compararla con las otras resultó ser, además, bastante más pequeña. Su longitud desde el borde anterior del clípeo hasta el extremo del gastro era de 0.97 mm. Tenía ante mí, a no dudar, una de las hormigas más pequeñas del mundo. Esta es su imagen al microscopio óptico:


Para que el lector se haga una idea cabal de su tamaño, he colocado la obrera junto al pretarso de una Pachycondyla sp colectada al pie de un tepuy venezolano por mi compañero y espeleólogo Ángel Montero:


¿Se trata acaso de una especie diferente de L. charonea? En la siguiente imagen muestro la obrera en cuestión junto a una de L. charonea (vista dorsal, con lupa estereoscópica):


Adviértase que el ejemplar pequeño, Leptanilla sp, tiene la cabeza colapsada, algo habitual en la preparación post mórten de estas especies extremadamente delicadas. En tales condiciones la cabeza se ensancha, sus lados se vuelven convexos y el margen posterior se emargina. 
En vista de perfil tanto el peciolo como el pospeciolo son menos corpulentos (flecha roja). La quilla subpeciolar es más corta; el borde antero-dorsal del pospeciolo forma un marcado ángulo agudo en su declive; el pospeciolo presenta en la parte media dos depresiones transversales que le dan un aspecto lobulado:


Quizá la diferencia más notable se halla en la forma del peciolo en vista dorsal: sus lados son casi paralelos, dándole un aspecto cuadrangular que no presenta ninguna especie de Leptanilla. En la imagen que sigue comparo los mesosomas y peciolos, en vista dorsal, de 4 obreras de L. charonea con Leptanilla sp (flecha roja).


A pesar de las diferencias señaladas, la prudencia recomienda no ir más allá. Mi experiencia de muestreo sistemático me invita a pensar que la misma muestra de tierra contendrá, por lo general, una misma especie y colonia de Leptanilla. Si el lector se fija un poco en los 4 peciolos y pospeciolos de L. charonea de la imagen anterior (correspondientes a obreras de 4 colonias diferentes), constatará cierta variabilidad en forma y tamaño. La pequeñísima Leptanilla podría estar en uno de los extremos del rango de variación de la especie.
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La solución al interrogante planteado (en este y otros casos) podría venir por varias vías: encontrar colonias amplias con el mismo morfotipo; hallar sus sexuados, machos o reinas, que suelen presentar diferencias más marcadas que las obreras; realizar análisis comparados de ADN. Todo indica que el género Leptanilla, en la Península Ibérica, debe ser más diverso y distribuido de lo hasta ahora imaginado. La escasez y dispersión de las muestras, la dificultad de manipulación y preparación de hormigas tan pequeñas, la variabilidad intraespecífica, la posible existencia de especies muy similares o casi crípticas requeriría en el futuro, a ser posible, de un banco de datos fotográficos que facilite y ordene el trabajo de los mirmecólogos interesados en este enigmático  y fascinante grupo de hormigas.

Referencias: 
  • BARONI URBANI C. 1977. Materiali per una revisione della sottofamiglia Leptanillinae Emery (Hymenoptera: Formicidae). Entomologica Basiliensia 2: 427-488.
  • FERNÁNDEZ F. 2004. The American species of the myrmicine ant genus Carebara Westwood (Hymenoptera: Formicidae). Caldasia 26(1): 191-238.

4 comentarios:

  1. Una entrada muy pedagogica sobre los dilemas que uno recorre cuando esta frente una muestra que podria ser, pero .... Ojala puedas avanzar en recopilar suficiente evidencia para tomar una decision bien sustentada. Cuando era estudiante en el bachillerato, en un cole salesiano, habia un cura que hablaba sobe los misterios gozosos, pues este tipo de situacion es uno de esos "misterios gozosos".

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    1. Hola John:

      Buena expresión esa de “misterios gozosos”. Nada tan atractivo para el naturalista como los enigmas o misterios por resolver. Desde que escribí la entrada que mencionas he colectado en una misma muestra de tierra otra colonia de Leptanilla charonea (unos 70 ejemplares) en la que es posible distinguir cierto dimorfismo: algunos individuos muy pequeños y otros proporcionalmente grandes (mayor longitud de la cabeza y mesosoma). En el supuesto más sencillo e inmediato tendríamos una colonia polimórfica, y esto ya es notable para este género de hormigas. Avanzando una hipótesis más rebuscada, podría tratarse de dos especies diferentes, incluso con algún grado de asociación entre ellas. La variedad de machos aislados que he encontrado cerca de la zona de excavación (5 morfotipos) invita a no cerrar ninguna posibilidad.

      Y puestos a hablar de enigmas, ninguno como el que encierra Polyergus y sus asaltos. Estos días estoy de vacaciones en Almazán, Soria. Con puntualidad, entre las 18:15 y las 18:45, acudo a contemplar el espectáculo de la salida masiva. La interpretación estándar dice que la columna de varios cientos de obreras está orientada y avisada por exploradoras que han realizado previamente el recorrido desde el nido de Formica a asaltar. Sin embargo (y esto habrá que justificarlo y estudiarlo detenidamente) yo solo veo una marcha independiente de cualquier pista trazada por obreras exploradoras, marcha que se repite día tras día a la misma hora (adelantándose a medida que avanza el verano), y cuya trayectoria se adopta en una especie de toma de decisión colectiva alrededor del hormiguero (de la que nada sabemos todavía) durante los agitados minutos que siguen a la salida masiva de obreras.

      Un abrazo,
      José María

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