RESUMEN. Se rastrea la vigencia en España, durante 5 siglos, de un refrán sobre hormigas aladas citado en El Quijote, así como su origen, hace más de 1000 años, en Oriente y su probable llegada a la Península Ibérica con la expansión de los califatos omeya y abasida. Se propone que los vuelos nupciales mayoritariamente observados durante el periodo de vigencia del refrán pudieron corresponder a especies de hormigas recolectoras del género Messor, muy abundantes en todo el litoral mediterráneo.
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En la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), la inmortal obra de Miguel de Cervantes Saavedra, aparece citado un refrán en el que se mencionan las hormigas aladas. Así dice Sancho Panza en el capítulo XXXIII:
Y si vuestra altanería no quisiere que se me dé el prometido gobierno, de menos me hizo Dios, y podría ser que el no dármele redundase en pro de mi conciencia; que maguera tonto, se me entiende aquel refrán de «por su mal le nacieron alas a la hormiga»; y aun podría ser que se fuese más aína Sancho escudero al cielo, que no Sancho gobernador.
Y más tarde, en el capítulo LIII:
Yo soy del linaje de los Panzas, que todos son testarudos, y si una vez dicen nones, nones han de ser, aunque sean pares, a pesar de todo el mundo. Quédense en esta caballeriza las alas de la hormiga, que me levantaron en el aire para que me comiesen vencejos y otros pájaros, y volvámonos a andar por el suelo con pie llano.
También aludirá Cervantes a dicho refrán en su postrera novela Los trabajos de Persiles y Segismunda (1616):
Habiendo oído Rutilio el papel de Clodio, dijo:
–Verdaderamente, nosotros estamos faltos de juicio, pues nos queremos persuadir que podemos subir al cielo sin alas, pues las que nos da nuestra pretensión son las de la hormiga. Mira, Clodio, yo soy de parecer que rasguemos estos papeles, pues no nos ha forzado a escribirlos ninguna fuerza amorosa, sino una ociosa y baldía voluntad, porque el amor ni nace ni puede crecer si no es al arrimo de la esperanza, y, faltando ella, falta él de todo punto.
1ª edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605)
Una bonita explicación del refrán la encontramos en el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726):
Por su mal crió alas la hormiga. Refrán que enseña que como la hormiga, en teniendo alas, vuela y se pierde, o se la comen las aves, así los que se desvanecen con el caudal, u honor adquirido, se quieren elevar de modo que perecen por no usar bien de su buena fortuna. Este refrán se suele decir: Da Dios alas a la hormiga para morir más aína. Y significa lo mismo.
¿De cuándo data este refrán? ¿Qué vigencia ha tenido? Aquí comienzan las primeras sorpresas: lo encontramos recogido en dos compilaciones anónimas del siglo XV: el Seniloquium. Refranes que dizen los viejos (c 1450): Por su mal naçen las alas á la formiga y el Cancionero de Juan Fernández de Íxar (a. 1424-1520): Como Dios quiere mal a la formiga, criale alas.
Fernando de Rojas lo menciona al inicio de La Celestina (c 1499-1502):
Fernando de Rojas lo menciona al inicio de La Celestina (c 1499-1502):
El silencio escuda y suele encubrir
La falta de ingenio y torpeza de lenguas;
Blasón, que es contrario, publica sus menguas
A quien mucho habla sin mucho sentir.
Como hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Jactose con alas de su perdición,
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
El aire gozando ajeno y estraño,
Rapina es ya hecha de aves que vuelan,
Fuertes más que ella, por cebo la llevan;
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No despreciando a los que me arguyen:
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas y flacas, nacidas de hogaño.
El refrán de las hormigas aladas se hará desde entonces muy popular, especialmente en los dos Siglos de Oro, el XVI y XVII, menudeará en el siglo XVIII y comenzará su declive a lo largo del XIX. En 1900 será citado todavía por Benito Pérez Galdós en sus Bodas Reales:
Habréis oído en nuestra tierra que por su mal le nacieron alas a la hormiga. Por mi mal tuve ambición, y ya veis... ya veis lo que hemos sacado desde que vivimos aquí…
Vuelo nupcial de alados del género Solenopsis (Fotografía de Ozo: Lamarabunta.org, 2003)
Así pues, un refrán con cuatro siglos de vigencia. (El lector puede consultar numerosos fragmentos de distintos autores al final de este artículo). ¿Por qué entonces desapareció en el siglo XX? Una primera explicación debe referirse a la ecología humana. El crecimiento de las ciudades ha ido alejando al hombre del campo, y se hace más difícil contemplar los vuelos nupciales de las hormigas. Estos vuelos constituyen un momento clave del ciclo biológico de estos insectos sociales: una vez al año, infinidad de hembras y machos alados salen en tropel de sus nidos, toman vuelo y copulan.
Cópula de alados del género Messor (fotografía de Gustavo R.: Lamarabunta.org, 2006)
Este curioso y viejo refrán de corte naturalista presupone ciertos conocimientos que sólo puede dar la observación directa: el carácter puntual y estacional de los vuelos y el espectáculo de la caza de las hormigas aladas por parte de pájaros y otros animales. Conlleva, no obstante, un error: a las hormigas no le nacen las alas en cierto momento de su desarrollo adulto. Tanto los machos como las hembras fértiles, o reinas, nacen ya con alas, mientras las obreras –la casta de hembras no reproductivas– nacen ápteras. Esta triple división de castas sólo fue establecida con evidencia científica tras los trabajos de Linneo (1741).
Los naturalistas clásicos Aristóteles y Plinio clasificaron a las hormigas en dos tipos: las ápteras y las aladas. Así lo dice Aristóteles en De las Partes de los animales: Hay, en efecto, algunos géneros a quienes corresponden ambas características, y son alados y sin alas, como el género de las hormigas. Y a las hormigas aladas las denominó, según Diego de Funes y Mendoza (1621), Hypomirmices, “que quiere decir Hormigas caballeras, porque se levantan en alto”.
Tras la cópula, la reina fecundada pierde las alas, busca madriguera e inicia sola una nueva colonia. En la imagen, una reina desalada de Messor barbarus (fotografía de Carlitus: Reina Messor barbarus. Lamarabunta.org, 2009)
La falsa apreciación de que a las hormigas obreras –las más comunes a lo largo del año, las que pueden verse caminando por el suelo o subiendo a los árboles– les salían alas durante su vida adulta, puede leerse en el Libro de las utilidades de los animales (s. XI) del médico sirio Ibn Bajtisu: Se dice que [a las hormigas], cuando llegan a la madurez, les salen alas. Cuando vuelan, son comida de las aves, siendo esto la causa de su muerte; o en el Libro de las propiedades de todas las cosas (1240-1250) de Bartholomaeus Anglicus: Todas las hormigas son pequeñas y estrechas en el vientre, mas finalmente ellas crecen y se mudan en manera de moscas con alas y vuelan.
Lo mismo dirá el naturalista español Gonzalo Fernández de Oviedo en el Sumario de la natural y general historia de las Indias (1526): En aquellas partes ay aludas de la misma manera que las ay en España, e assí se hazen quando a las hormigas les nascen las alas y son algo menores que las aludas de acá. Y más tarde, en su Historia general y natural de las Indias (1535-1557): Otras [hormigas] hay mayores que ningunas déstas, e son negras, e aquestas son las que se convierten en aludas, e a temporadas les nascen alas, e son tantas, que anda el aire lleno dellas.
Reina desalada de Messor barbarus cavando su madriguera (fotografía de Zancaslargas:
Esperando la salida de las reinas Messor. Lamarabunta.org, 2009)
Esperando la salida de las reinas Messor. Lamarabunta.org, 2009)
Las hormigas aladas, quizá debido a su súbita y breve aparición, a sus vuelos ostentosos, y a su mayor tamaño y diferencia morfológica en comparación con las habituales obreras ápteras, llamaron poderosamente la atención de numerosos observadores y humanistas. Desde tiempo inmemorial su presencia es considerada como aviso de malos presagios. Un oráculo babilónico reza así: Cuando se ven hormigas negras con alas en la casa de un hombre, la casa se destruirá y su hijo morirá.
Artemidoros de Daldis, un oniromante del siglo II, dice en su Interpretación de los sueños que soñar con hormigas aladas augura desgracias y viajes peligrosos. Otro tanto refiere Alfonso X en su Estoria de Espanna (c 1270) al relatar el sueño premonitorio de Nerón:
E sabet que ante que Neron muriesse vio algunas sennales de su muerte, assi que sonno una noche que andava sobre mar governando una nave, & falleciol el governage, & levavalo su mugier que era ya muerta; a unas tiniebras much estrechas, & cubriesse todo de formigas aladas.
En la compilación de cuentos árabes de Las mil y una noches, hablando del Corán, se menciona a las hormigas como uno de los animales alados que aparecen en dicho texto sagrado islámico:
También se hallan en él los nombres de nueve pájaros o animales alados: el músico, la abeja, la mosca, la abubilla, el cuervo, el saltamontes, la hormiga, el pájaro ababil y el pájaro de Issa (¡con él la plegaria y la paz!), que no es otro que el murciélago.
Las hormigas aladas formarán parte de medicinas, ungüentos y prácticas diversas. Veamos algunos ejemplos:
En Tesoro de la medicina (1431), un manuscrito anónimo de la Biblioteca Colombina de Sevilla, se expone una receta para curar la sarna a base de pez naval, azufre, aceite de oliva y hormigas aladas:
Muele la piedra xuffre & la pez cada uno por si. Et de que seran mollidos los polvos echalos en la libra del ollio sobredicho. Et esso mesmo echar con ello mil formigas aludas.
Cristóbal Acosta explica en su Tractado de las drogas y medicinas de las Indias Orientales (1578) la supuesta fabricación, por parte de hormigas aladas, de la famosa goma laca de la India (interpretación que hoy sabemos equivocada):
Mas la verdad de esto es que en ciertos Arboles grandes de aquellas partes, principalmente en este que esta pintado, unas hormigas del tamaño de estas, que están en la misma planta pintadas, con alas que vuelan, y las piernas más largas que las de España, por los ramos más delgados de estos Árboles labran este lacre, así como las abejas labran la miel…
“Manzanas de la India” con hormigas aladas. Ilustración del Tractado
de las drogas y medicinas de las Indias Orientales (1578) de Cristóbal Acosta
de las drogas y medicinas de las Indias Orientales (1578) de Cristóbal Acosta
Francisco Vélez de Arciniega expone en su Historia de los animales mas recebidos en el vso de medicina (1613) la receta del “Aceite de Hormigas”, transcrita de la Farmacopea oficial (1546) de Valerio Cordo:
Toma de hormigas aladas lo que quisieres, de aceite lo que bastare, macérece en el estío al sol por cuarenta días, después guarda el aceite colado. Valet ad confortandum coitum.
Con el nombre de aludas en Castilla, y alaicas en Aragón, las hormigas reinas han sido utilizadas en la pesca y la caza desde tiempo inmemorial:
Fernando Basurto relata la pesca de barbos con reinas en su Dialogo del Cazador y el Pescador (1539):
Las alaicas, que llaman también aludas, son muy buenas para los barbos, pescando con ellas en aguas claras o pardillas por los meses de agosto, septiembre y octubre, que son los meses cuando a ellas se ceban los barbos. Hase de pescar con ellas al andar, con plomo y vela, "enxeridas" en los anzuelos por las colas y han de llevar sus alas porque mediante aquéllas las quieren mucho los barbos.
Luis de Góngora y Argote dice así en su Letrilla (1594):
Muchos hay que dan su vida
por edad menos que tierna,
y otros hay que los gobierna
edad más endurecida;
cuál flaca y descolorida,
cuál la quiere gorda y fresca,
porque Amor no menos pesca
con lombriz que con aluda.
Fray Hortensio Paravicino menciona al pescador con aludas en su Oración fúnebre a Fray Simón de Rojas (1624):
El pescador, sin saber qué pez caerá, acomoda el cebo dulce al anzuelo, y suele acaecer que el tirador más diestro y más instante vuelve del monte sin caza, habiendo ejercitado el natural y la arte, no la dicha; y el pescador a la orilla del río, con la blandura de su paciencia y con la humildad de su caña, vuelve, no sólo la barcina con aludas, sino la capacha con peces.
El Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726) da una definición de “aluda” relacionada directamente con la pesca:
Comúnmente se entiende por la hormiga que cría alas por el otoño, y que sirve de cebo a los pescadores poniéndola en el anzuelo, para pescar en aquel tiempo: y así se dice pescar con aluda.
Gregorio de los Ríos cuenta en su Agricultura de jardines (1592) la manera de cazar ciertos pájaros mediante cepos o “costillas” con cebo de hormigas aladas:
Con brete reclamando con la boca, con páxaro puesto a la punta: colgado, con onzegeras, y costillas con aludas y gusanos de los de las cavallerizas y ponerles una salserica en medio de la jaula, y echar en ella dos o tres gusanos partidos, o moscas, o aludas o lombrizes, para que viéndolos bullir, acudan a comer.
Gonzalo Correas recoge este refran en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1627): Rrozía el kornato kon salvados, i kría las aludas para ke engañen al páxaro
Alados del género Messor antes de iniciar el vuelo (fotografía de Carterete: Lamarabunta.org, 2008)
Debe destacarse que aunque los naturalistas del siglo XVII comenzaron a interesarse –gracias a la reciente invención del microscopio– por los detalles morfológicos de las hormigas, y los del XVIII iniciaron la descripción sistemática de diversas especies, la percepción popular de las hormigas continuó siendo, por mucho tiempo, de sorprendente simplicidad. Un ejemplo notable lo proporciona el Diccionario de la Real Academia Española, que junto al término aluda para designar a las hormigas con alas, mantuvo, entre 1817 y 1884, una definición de “hormiga” en la que diferenciaba dos clases únicas:
Nombre con que se designan dos insectos muy comunes en España, que se diferencian sólo en ser el uno de color acanelado y de una línea de largo, y el otro de color negro y de dos líneas de largo. Todos tienen cabeza muy grande…
Llegados a este punto, cabe preguntarse a qué género o especies corresponden las hormigas aladas del refrán cuatro veces centenario. Por su uso en la pesca y la caza, deberían ser especies con reinas grandes, aptas para los anzuelos y los cepos. El tamaño de las mismas y su abundancia determinaría, precisamente, que el acontecimiento de los vuelos nupciales fijara la atención de las gentes y pasara al habla popular. Uno de los géneros candidatos es Messor, el grupo de hormigas recolectoras glosado repetidamente desde la antigüedad como modelo de previsión e inteligencia. A no dudar, las hormigas negras, de dos líneas de largo, del Diccionario de la Real Academia, deben corresponder a las ubicuas y populosas Messor.
Obreras del género Messor a la entrada del nido
Algunos datos, como los proporcionados por Fernando Basurto (1539) para la pesca con aludas (“por los meses de agosto, septiembre y octubre, que son los meses cuando a ellas se ceban los barbos”) o el que aparece en la definición de “aluda” del Diccionario de Autoridades de 1726 (“la hormiga que cría alas por el otoño”), sugieren que podría tratarse, en bastantes casos, de la especie Messor barbarus, muy abundante en la Penínula Ibérica y en el área mediterránea. En el siguiente gráfico de salidas de reinas de varias especies ibéricas, se aprecia que Messor barbarus realiza sus vuelos nupciales durante los meses de setiembre y octubre, normalmente tras las primeras lluvias que siguen al verano.
Gráfico de salidas de reinas basado en datos de las fichas de cría del Foro Lamarabunta
(Según Raúl Martínez, Mendelius: Lamarabunta.org, 2009)
(Según Raúl Martínez, Mendelius: Lamarabunta.org, 2009)
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Hasta aquí he bosquejado la larga vida en España, entre los siglos XV y XIX, del refrán de las hormigas aladas. Vida, se entiende, literaria, porque a buen seguro debió circular desde mucho antes en el habla popular. El hecho de aparecer en El Quijote, con sus múltiples traducciones en la Europa culta de entonces, hizo creer a numerosos autores que se trataba de un refrán español. Tal fue el caso, entre otros muchos, del Dictionnaire étymologique, historique et anecdotique des proverbes et des locutions proverbiales de la langue française (1842) de Pierre Marie Quitard.
Lo cierto es que este refrán no surgió en España, y que su antigüedad se remonta varios siglos atrás respecto de los primeros registros conocidos en la literatura española.
Al-Jahiz, el gran polígrafo iraquí del siglo IX, lo cita expresamente en su Kitab al-Hayawan o Libro de los animales (traducción de Miguel Asín Palacios, 1930):
Una de las causas de la muerte de las hormigas es el salirles alas. Ya lo dijo el poeta: “Y cuando a la hormiga le nacen alas para volar, cercano está su fin”. Y es que una vez transformadas así las hormigas, los pájaros las cazan fácilmente al volar.
¿A qué poeta se refería Jahiz? En todo caso, sabemos que el prolífico Jahiz vivió en plena Edad de Oro del Imperio musulmán, bajo el califato abasida (750-1258). Fue entonces cuando se fundó la Casa de la Sabiduría, centro científico y cultural de la metrópoli donde se promovió la traducción al árabe de obras griegas, persas, sánscritas, etc.
Ilustración de un códice árabe representando la Casa de la Sabiduría,
fundada en el siglo IX en Bagdad por el califa abasida al-Mamun
fundada en el siglo IX en Bagdad por el califa abasida al-Mamun
Sugiero que el refrán de las hormigas aladas pudo originarse en algún lugar entre la India y Oriente Próximo, antes del siglo IX o durante su transcurso, y que llegó a España con la expansión de los califatos omeya y abasida (cuya influencia se extendió de Pakistán a Portugal). Muestra de la amplia difusión geográfica del refrán, es su presencia en diversos países y regiones distantes:
En 1258 el poeta persa Saadi da la siguiente versión del refrán en su Gulistán o El jardín de las rosas: Mejor hubiera sido para la hormiga no tener alas.
Varias compilaciones de refranes y proverbios realizadas entre el siglo XIX y comienzos del XXI, registran el refrán de las hormigas aladas en la región del antiguo Indostán, Egipto, Argelia y Mali. Veamos algunos ejemplos:
Cuando las hormigas van a morir les salen alas. Indostán (Roebuck, 1824)
Si Dios dispone la destrucción de una hormiga, permite que le crezcan alas. Egipto (Burckhardt, 1830)
A la hormiga le salen alas justo antes de su muerte. Norte de la India (Upreti, 1894)
Nacen alas a la hormiga para su propia muerte. Bengala (Long, 1881)
Cuando las hormigas van a morir les salen alas. Indostán (Fallon, 1886)
Si Dios quiere arruinar a la hormiga, le da alas. Argelia (Ben Cheneb, 1904-1907)
Cuando la hormiga negra quiere ir a su perdición, dice que le crecen las alas y echa a volar. Mali (Leguy, 2001).
Machos alados de Messor barbarus saliendo del nido
En Europa, países como Francia e Inglaterra parecen registrar el refrán como mera traducción del español, con alusiones frecuentes al Quijote. Sin embargo, en Sicilia, la presencia reiterada del refrán de las hormigas aladas en diversas obras compilatorias podría provenir de una larga tradición que no he apreciado en la consulta de textos procedentes de la Italia peninsular. Así, por ejemplo, en el Dizionario siciliano italiano latino (1751) de Michele del Bono, aparecen estas dos versiones del refrán: Quannu la furmica mette l’ali, allura mori y Quando la formica vuol morire, spande l’ali. Y en el Adagi, motti, proverbi e modi proverbiali siciliani (1846) de Vincenzo Scarcella, esta otra: La Furmica metti l’ali pri lu so mali.
Lo sorprendente, a este respecto, es que Sicilia fue invadida y constituída en Emirato islámico entre los años 965 y 1072, lo que podría explicar la vigencia del refrán en la isla.
Expansiones sucesivas de los califatos ortodoxo, omeya y abasida (tomado de http://www.kalipedia.com)
La difusión y vigencia de este refrán de las hormigas aladas durante más de 1000 años, hubo de depender de la contemplación directa y reiterada de los vuelos nupciales. Como he sugerido, es muy probable que se trate de los vuelos de hormigas recolectoras, principalmente del género Messor, sin descartar, según la zona, otros como Pheidole o Solenopsis. Ciñéndonos a la región mediterránea, se ha apuntado que Messor barbarus, M. structor y M. arenarius pudieron ser las especies que los clásicos grecolatinos observaron y describieron en sus relatos sobre las hormigas recolectoras (Wheeler, 1910; Höldobler y Wilson, 1990).
Distribución de Messor barbarus (puntos negros) y Messor semirufus (puntos rojos)
(Tomado, con modificación, de K. Gómez y X. Espadaler: http://www.formicidae.org, 2009)
(Tomado, con modificación, de K. Gómez y X. Espadaler: http://www.formicidae.org, 2009)
A modo ilustrativo, he escogido en el mapa superior los puntos de distribución de Messor barbarus, muy abundante en la Península Ibérica, norte de África y resto del litoral mediterráneo, y de Messor semirufus, la especie que, según Bodenheimer (1960) pudo inspirar a Salomón el legendario "Vade ad Formicam" del Libro de los Salmos. De Este a Oeste, tal debió ser la ruta seguida por el refrán de las hormigas aladas hasta llegar, siglos después de su creación, a las páginas del Quijote cervantino.
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Fragmentos literarios donde se cita el refrán de las hormigas aladas
(Muchos de estos fragmentos se han obtenido del magnífico Corpus Diacrónico del Español (CORDE): Real Academia Española: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [Diciembre de 2009]).
a 868. JAHIZ (Irak)
Libro de los animales
Una de las causas de la muerte de las hormigas es el salirles alas. Ya lo dijo el poeta: “Y cuando a la hormiga le nacen alas para volar, cercano está su fin”. Y es que una vez transformadas así las hormigas, los pájaros las cazan fácilmente al volar.
1258. SAADI (Persia)
Gulistán o El jardín de las rosas
Mejor hubiera sido para la hormiga no tener alas
a 1424-1520. ANÓNIMO
Cancionero de Juan Fernández de Íxar
Como Dios quiere mal a la formiga, criale alas
c 1450. ANÓNIMO
Seniloquium. Refranes que dizen los viejos
Por su mal naçen las alas á la formiga
c 1499-1502. ROJAS, FERNANDO DE
La Celestina. Tragicomedia de Calisto y Melibea
El silencio escuda y suele encubrir
La falta de ingenio y torpeza de lenguas;
Blasón, que es contrario, publica sus menguas
A quien mucho habla sin mucho sentir.
Como hormiga que deja de ir
Holgando por tierra con la provisión,
Jactose con alas de su perdición,
Lleváronla en alto, no sabe dónde ir.
El aire gozando ajeno y estraño,
Rapina es ya hecha de aves que vuelan,
Fuertes más que ella, por cebo la llevan;
En las nuevas alas estaba su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
No despreciando a los que me arguyen:
Así que a mí mismo mis alas destruyen,
Nublosas y flacas, nacidas de hogaño.
a 1536-1585. LEMOS, PEDRO DE
Poemas
Vuestro seso, valor y entendimiento,
que por extremo en vos hiçieron liga,
causan el grave mal que amando siento.
De aquí naçió el prinçipio a mi fatiga
y las alas tanbién, para perderme,
qual naçen por su mal a la hormiga.
De aquí naçió el amaros y el meterme
a enprender quereros como os quiero,
y fue a cruda muerte yo ofreçerme.
a 1540. OSUNA, FRANCISCO DE
Quinta parte del Abecedario espiritual
Dexando el asno su prado, fuesse a la Corte y, como llegasse, oyó que todos hablavan d'él y dixo entre sí: "Mala señal es quando hombre de mucho silencio viene a dar grandes bozes. Pues que hasta agora no hablava nadie de mí, por mala señal tengo tan presta noticia y fama, que por su mal nascen alas a la hormiga. Mejor me será tornarme".
[…] Desque nacen alas a la hormiga, buela por caçar mosquitos, y topa con un páxaro que se la come en pena de su locura, porque no deviera ella de buscar otro manjar sino el grano del trigo, con el qual, encerrada, vive seguramente; mas, desque lo dexa e quiere salir y soltarse, luego se pierde, e pierde el grano con que se mantenía. D'esta manera acontesce a las personas recogidas que, con una poca de devoción en Christo, vivían quietamente con su recogimiento; mas, desque quieren salir a bolar en público mostrando su virtud, pierden lo uno y lo otro; y por caçar, son caçados y menospreciados, porque un hombre ambicioso topa con otro, y el más exercitado vence. Pues, la hormiga que alaba Salomón no es la que buela, sino la que coje su grano, y lo encierra, y se encierra con él, dexando los bollicios del mundo y de las parlerías innútiles y conversaciones que derraman la consciencia por vidas agenas.
1540-c 1550. MEJÍA, PEDRO
Silva de varia lección
Que a estotras nuestras hormigas les nazcan alas algunas veces, es cosa tan notoria que no fuera menester dezirlo, pues ya se tiene por refrán que "a la hormiga, por su mal, le nacen alas", porque, con ellas, el viento las lleva y desbarata.
1549. VALLÉS, PEDRO
Libro de refranes
Nascieronle las alas a la hormiga: por su mal
Salenle alas a la hormiga: para ser perdida
c 1549. NÚÑEZ, HERNÁN
Refranes o proverbios en romance
Da Dios alas a la hormiga, para que se pierda más aína
Nascen alas a la hormiga, para que se pierda más aína
De gran subida, gran caída: por su mal nacen a las a la hormiga
a 1550. CASTILLEJO, CRISTÓBAL DE
Diálogo entre el autor y su pluma
Antes hallaréis quien diga
Que vos, por vuestro interese,
Quisiste que yo tuviese
Alas como la hormiga
Para con que me perdiese.
Y pues que vos lo hecistes
Y, según dello sentís,
Por ganarme me perdistes
1552. NÚÑEZ ALBA, DIEGO
Diálogos de la vida del soldado
Quantos bienes han venido a quantos que han sido puerta para mucho mayores males? Pues mira si propiamente se pueden llamar bienes, o con mas razon lazos del mundo o engaños de su falsa gloria. Con verdad por cierto dijeron los antiguos en su proueruio: Por su mal a las veces nacen alas a la hormiga. Y desto estan tan llenas todas las antiguas y modernas sagradas y profanas historias que por no ser prolixo reboluiendolas, quiero contentarme con la que tenemos entre las manos.
1554-1559. MONTEMAYOR, JORGE DE
Cancionero
Amor causó mis sospiros
después que mi vista os vido,
y en su fe puedo deziros
que de veros me ha nascido
la presumción de serviros.
Quiso el coraçón ponerse
do es forçado que le cacen;
nascióle el entremeterse,
como a la hormiga nascen
las alas para perderse.
1584. RUFO, JUAN
La Austriada
¡Oh infelice de aquel que errando acierta,
Y halla para daño los provechos!
Estima la hormiga á buena suerte
Las alas que la llevan á la muerte.
¿Adónde vais, decid, gente perdida,
Solicitando vuestro agravio mismo?
a 1589-a 1650. ANÓNIMO
Letrillas atribuidas a Góngora
Nacen alas a la hormiga,
como dicen, por su mal,
pues pierde vida y caudal
luego que el vuelo le obliga,
y asimismo da en la liga
el pájaro por volar
1594. FONSECA, CRISTÓBAL DE
Tratado del amor de Dios
Subir a lo alto de una dignidad o de un oficio sin Dios, dice San Juan Climaco, es subir por una escalera vieja y podrida, que al un escalón o al otro ha de quebrarse y dar a bajo con el que sube. Por su mal suelen nacer las alas a la hormiga, el halcón cuando da un vuelo muy alto de ordinario se remonta a partes donde se pierde: las más altas torres vienen abajo más presto y causan mayor ruína: en los montes más altos caen más rayos: las hojas del árbol mientras mientras más altas con más ligero aire se menean; y a los pinos de las cumbres sacan de cuajo los vientos.
1595. ÁNGELES, FRAY JUAN DE LOS
Diálogos de la conquista del reino de Dios
En viendo que el corazón se te engríe y que le nacen alas para volar, en llegándote algún pensamiento de que eres algo o de complacencia vana de que lo que haces es digno de alabanza, ten por cierto el despeñarte y dar de ojos en pecados graves.
1604. ALEMÁN, MATEO
Segunda parte de la vida de Guzmán de Alfarache, Atalaya de la vida humana
Que, de bien considerado, conociendo quien ella es, teme que si le diese licencia y alas, le acontecería como a la hormiga, para su perdición: así no se atreve ni consiente.
c 1606. SAN JUAN BAUTISTA DE LA CONCEPCIÓN
Un breve tratado para los hermanos donados
Y así el hábito de hermanos donados es un hábito sancto, humilde, que le sirve de grillo y corma para que no peligre deseando o codiciando cosas que le pueden dañar. Acá suelen decir que por su mal le nacieron alas a la mariposa, porque volando sube al candil que le abrasa y quema las alas y acaba ella desastradamente; y le sucede lo que fingen del otro Icaro: que, haciendo [88r] alas de cera, voló por lo alto hasta que, llegando donde calentaba el sol, se las derritió y dio consigo en lo profundo.
1610. VILLAGRÁ, GASPAR
Historia de la Nueva México
Digo que si es possible sustentarse,
Vna muy pobre hermita lebantada,
En toda aquella tierra y sus contornos,
Mediante la qual venga a presumirse,
Que fe puede saluar vn alma sola,
Que si para este fin sin otro alguno,
Las rentas y tesoros que tenemos,
En todos essos Reynos no bastaren,
Que luego me auiseis, porque con tiempo,
Con las que aca alcançamos os socorra,
Que en esso quiere Dios que se consuman,
Dispensen, gasten, pierdan y derramen,
O gentes que tomais tan alto buelo,
Quales ormigas tristes, cuyas alas,
Tan por su mal sabemos que les nacen
1615. RODRÍGUEZ, ALONSO
Exercicio de perfeccion y virtudes christianas
Si con dos maravedís de ingenio, que tenéis, y con tres blancas de letras, que sabéis, si con una mediana, y por ventura menos que mediana, estáis tan vano, y tan ufano, que os estimáis, y os comparáis, y preferís por ventura a otros, y os agraviáis, porque no echan mano de vos para esto, y para lo otro; qué fuera con la excelencia? Qué fuera, si tuviérais unas partes raras, y extraordinarias? Por su mal le nacen las alas a la hormiga; y así por ventura os nacieran a vos.
1615. CERVANTES SAAVEDRA, MIGUEL DE
Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615)
Y si vuestra altanería no quisiere que se me dé el prometido gobierno, de menos me hizo Dios, y podría ser que el no dármele redundase en pro de mi conciencia; que maguera tonto, se me entiende aquel refrán de «por su mal le nacieron alas a la hormiga»; y aun podría ser que se fuese más aína Sancho escudero al cielo, que no Sancho gobernador.
[...] Yo soy del linaje de los Panzas, que todos son testarudos, y si una vez dicen nones, nones han de ser, aunque sean pares, a pesar de todo el mundo. Quédense en esta caballeriza las alas de la hormiga, que me levantaron en el aire para que me comiesen vencejos y otros pájaros, y volvámonos a andar por el suelo con pie llano.
1617. MADARIAGA, JUAN DE
Del Senado, y de su Principe
De tal manera que este mismo cuerpo humano, que ahora nos causa tanto deleite, nos sería como una oscurísima y violentísima prisión. Pues si tras todo esto le sucediera otrotal desatre como al Ángel, cierto es que quedara con su pertinacia tan perdido como él, y pudiéramos decir por el hombre que por su mal cobró alas la hormiga.
1618. MONZÁBAL, TOMÁS DE
Primera parte del Retrato del hombre feliz, y humana felicidad
Porque como la ciencia inche y desvanezca (según lo dijo el Apóstol) suéleles suceder lo que a las hormigas, a quienes les nacen alas para su perdición.
1627. CORREAS, GONZALO
Vocabulario de refranes y frases proverbiales
Nazen alas a la hormiga para ke se pierda más aína
Nazieron alas a la hormiga para su daño
Salen alas a la hormiga para ser perdida
Da Dios alas a la hormiga para ke se pierda más aína
Por su mal i rruina nazen alas a la hormiga
Kuando la hormiga se kiere perder, alas nuevas la kieren nazer
Por su mal supo la hormiga bolar
1635. PIÑA, JUAN DE
Epítome de las fábulas de la antigüedad
A las hormigas nacen alas para su presunción. El solitario auita en la media región, que no le abrasa el sol las plumas, ni el mar se las humedece. Alas que no nacen al nacer, peligro tienen; el artificio descubre el sol con sus rayos diuinos. Rayos fueron los que derritieron la cera de las alas de Ícaro, las plumas eran de las que se lleuaua el ayre, y assí le sucedió: presumpciones en Ícaro de tan leue fundamento le desvanecieron y le quitaron la vida y anegaron en el mar.
1636. GÓMEZ DE TEJADA, COSME
León prodigioso
Presentáronse muchas hormigas con alas que acusaban a otras que no las tenían, de avaras y crueles porque no partían con ellas como con hermanas, del trigo que guardaban en sus trojes. A lo cual respondió el juez: cada uno coma de su trabajo. Aquel a quien nacen soberbias alas susténtele su vanidad o aprenda oficio y coma del sudor de su rostro y no del ajeno sudor.
c 1641-1643. BARRIONUEVO, JERÓNIMO DE
Poesías
Ó en alguna cocina,
Si es que tu gusto á aquesto más te inclina,
Podrás entre candiles
Poner sus carnes viles,
Ó en el fuego arrojado
Serviros de castaña que ha saltado.
Ó pidele á la hormiga
Para volar las alas, si te obliga
El mirarme enojado,
Escaparás de aqueste brazo airado.
Mas ¿qué te han de servir tan cortas alas,
Si mi pluma te está tirando balas,
Ó en cama de cordeles
Para que en verme así no te desveles
De aquestas furias mías?
a 1648. TIRSO DE MOLINA
El árbol del mejor fruto
Nacen a la hormiga avara
alas para su peligro,
pues cuando a Dédalo intenta
imitar, de un pajarillo
es miserable sustento,
sepulcro haciendo su pico.
El amor médico
Don Gonzalo está en Pamplona
peleando y cuanto gana
echando a perder su hermana.
Yo no sé de qué blasona
la ciencia en que te señalas
si a tal locura te obliga;
pero diré que a la hormiga
por su mal le nacen alas
1652. DOMÍNGUEZ CAMARGO, HERNANDO
Lucifer en romance de romance en tinieblas paje de hacha de una noche culta...
Al fin, al pobre velo, aunque le dio las alas que pudo la copla, le nacieron alas como a la hormiga, pues hecho un Icaro de trapos, se le quebraron todas y, alicaído de tiras, y hecho cuartos pulsantes, se está colgado en el aire, poblándolo de andrajos para que así todos vean justiciado a este Absalón de lino.
[...] Estas, a mi ver, no son alas de hormiga, sino de mariposa que, golosa de más luz de la que cabe en los ojos, da círculos porfiados a la antorcha luciente de la santa Inquisición, para que se las ahume, ya que no se las chamusque.
1657. GRACIÁN, BALTASAR
El Criticón
A instancia de Séneca y otros filósofos morales, sea tenido por un solemne disparate dezir: Haz bien y no mires a quién; antes, se ha de mirar mucho a quien no sea el ingrato, al que se te alce con la baraja, al que te saque después los ojos con el mismo beneficio, al ruin que se ensanche, al villano que te tome la mano, a la hormiga que cobre alas, al pequeño que se suba á mayores, a la serpiente que reciba calor en tu seno y después te emponçoñe. No se diga que lo que arrastra, honra, sino al contrario, que lo que honra, arrastra y trae a muchos más arrastrados que sillas.
1663. SANTOS, FRANCISCO
Día y noche de Madrid
A todo tapamos oídos y ojos, abriéndolos sólo para nuestra perdición, criando alas para ella como la hormiga, empleando el oído en cosas ilícitas y profanas y no en lecciones de buen vivir, sin reparar a lo que huele la tierra de una sepultura, donde sólo vive la verdad y adonde tiene seguro lugar todo este ser que nos anima.
1692. CASTILLO SOLÓRZANO, ALONSO DE
La niña de los embustes, Teresa de Manzanares
Marcela me decía que yo me tenía la culpa con que estaba, pues había dado alas a la hormiga para volar; esto era haber puesto en astillero de dama a quien era esclava. Veía que tenía razón y callaba, ocupada solo en llorar.
a 1701. MERCADO, PEDRO
Historia de la provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús
Los que se ponen encima de la barbacoa encienden mechones de paja, a cuya luz vuelan las hormigas y su llama les quema las alas, y así van cayendo sobre unas mantas que tienen tendidas en el suelo para recoger y llevar a su casa la presa. En las cogidas y muertas se verifica nuestro refrán castellano: que a la hormiga por su mal nacen alas para volar; pero no así en otras que habiendo volado espantadas hacia lo bajo les da más alas el temor, y cogiendo un vuelo alto se huyen a otra parte distante del lugar donde las persiguen, y abriendo en la tierra una nueva madriguera se entran a desovar escondidas y a hacer fecundas y diligentes una nueva cría de innumerables hormigas.
1701. POSADAS, FRANCISCO DE
Vida del glorioso patriarcha S. Domingo de Guzman, fundador del orden de predicadores ...
No es mucho que mi amoroso Padre, interiorizado todo en el sueño del amor, se viese con alas como Seraphin. Que estas cria quien en semejante casa se recoge; no como los terrenos, que son como las Hormigas, que como su recogimiento es terreno, y no celestial, crian alas, mas son para su perdición, mas que para su vuelo.
1726. DICCIONARIO DE AUTORIDADES DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Por su mal crió alas la hormiga
1740. ORTI Y MAYOR, JOSE VICENTE
Fiestas centenarias con que la ciudad de Valencia celebró en el dia 9 de octubre de 1738 la quinta centuria de su christiana conquista
O Valencia¡ qué mudanza mas estraña es la que en ti observo? Eres tu por veritura la que por tu peregrina belleza eras el gozo de toda la tierra, y por eso codiciada de todas las naciones? Esta fue, Señores, la causa de su perdición, discurriendo naturalmente. Y no vemos, que cuando a las Aves les nacen las alas para su dicha, a las Hormigas les nacen para su ruina y desgracia?
c 1754. DELGADO, JUAN JOSÉ
Historia general sacro-profana, política y natural de las islas del Poniente llamadas Filipinas
Es de notar la providencia de la naturaleza en estos animalitos al ponerles límites en su propagación excesiva; porque, al llegar las hormigas mayores á cierta edad, las más viejas echan alas, y salen de sus nidos como ansiosas de libertad mayor y como hastiadas de sus viviendas, con lo cual perecen; y así dice el refrán castellano, que la hormiga cría alas para su perdición; porque con ellas salta de su centro y de su esfera propia, y los pájaros y golondrinas acuden luego, y se las van comiendo, formando en el aire saraos y danzas y cánticos muy gustosos y alegres, alabando á su Criador porque les da tan abundantemente de comer. El castigo providencial que sufren por su emancipación lo he observado con gusto y admiración varias veces.
1795. CORREO LITERARIO DE MURCIA, Nº 285
La hormiga con alas
Preguntele a mi abuela
que por qué se decía
por su mal le salieron
las alas a la hormiga,
y me dio la respuesta
con esta fabulilla.
Viendo cómo las aves
veloces discurrían
vagando por el aire
y envidiando esta dicha
la hormiga afanadora
a Júpiter decía:
“Gran Dios, ¿por qué me diste
tanto afán y codicia
si mi paso tardío
mi afán inutiliza?
Dame, dame alas,
porque veloz y activa
conduzca a mis graneros
el fruto de la espiga
juntando a poca costa
riquezas infinitas”.
Oyó el Dios y, al instante
en ave convertida,
saltó la hormiga al aire,
mas ¡ay¡ la golondrina
la arrebató ligera.
Y por esto en Castilla
se dice comúnmente
cuando un necio se obstina
en alzarse a mayores
sin ver cuánto peligra
quien sale de la esfera
para que Dios le cría
por su mal le nacieron
las alas a la hormiga
a 1806. GUEVARA, JOSÉ
Historia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán
Por el agujero salen unas hormigas con alas á manera de abispas, y en ellas se verifica, que para su mal le nacen á las hormigas las alas: porque ó son de limitada duracion por naturaleza, ó acaban sus dias en el vientre de los pajarillos, especialmente de la tijereta, que halla delicado pasto en estos volantes ejércitos.
1819. PISÓN Y VARGAS, RAMÓN DE
Fábulas originales en verso castellano
La Hormiga con alas
Una Hormiga deslumbrada
por alas se desvivía;
las tuvo, y con osadía
se remontó acelerada.
Vióla un Vencejo, y se agrada
del insecto volador;
y por gozarle mejor
le dió en su buche clausura.
Quien se presenta en altura
se expone á riesgo mayor
1865. ANTÓN RAMÍREZ, BRÁULIO
Diccionario de bibliografía agronómica
El ocio tiene dos muertes y una sepultura: muere dejando de obrar y dejando de vivir; a la hormiga ociosa le nacen alas, y éstas son causa de su perdición.
1889. PALMA, RICARDO
Tradiciones peruanas
Sabedlo, coles, que espinacas hay en la olla, y que es herejía luterana rezongar contra lo que mandan los ministros de la Iglesia. Por eso dijo San Ambrosio..., no..., no..., que fué San Agustín...; tampoco...; en fin, alguien lo dijo y yo lo repito..., nácenle alas a la hormiga para que se pierda más aína. Conque comed y no gimades, soberbios de Lucifer, o gemid y no comades. He dicho. Pajas al pajar y barberos a rapar.
1900. PÉREZ GALDÓS, BENITO
Bodas Reales
Los hombres de juicio no tenemos pito que tocar en tales trapisondas, y bueno es que os vayáis preparando para irnos a escardar cebollinos en Torralba, de donde nunca debimos salir, ¡ajo!, porque no se ha hecho este trajín de ambiciones para los hombres de campo, y al que no está hecho a bragas, las costuras le hacen llagas. Habréis oído en nuestra tierra que por su mal le nacieron alas a la hormiga. Por mi mal tuve ambición, y ya veis... ya veis lo que hemos sacado desde que vivimos aquí: bambolla, mayor gasto, esperanzas fallidas, los pies fríos y la cabeza caliente. No más, no más Corte, no más política, porque así regeneraré yo a España como mi abuela, y mi entendimiento, pobre de sabidurías, es rico en todo lo tocante a paja y cebada, al gobierno de mulas y a la crianza de guarros, que valen y pesan más que el mejor discurso.
1925. DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Cuando la hormiga se ha de perder, alas le han de nacer
Referencias:
- ASÍN PALACIOS, M. 1930. El “Libro de Los Animales” de Jâhiz. Isis 14: 20-54.
- BEN CHENEB, M. 1904-07. Proverbes arabes de l'Algérie et du Maghreb. Paris, Leroux, Publications de l'École des Lettres d'Alger, 3 vol.
- BODENHEIMER, F. S. 1960. Animal and man in Bible lands. E.J.Brill, Leiden.
- BURCKHARDT J. L. 1830. Arabic Proverbs, or the Manners and Customs of the Modern Egyptians. J. Murray, London.
- FALLON, S. W. 1886. A dictionary of hindustani proverbs. E.J. Lazarus & Co., Benares.
- FUNES Y MENDOZA, DIEGO DE. 1621. Historia general de aves y animales de Aristóteles Estagerita. Valencia.
- HÖLDOBLER, B.; WILSON, E. O. 1990. The ants. Harvard University Press, Cambridge, MA.
- LEGUY, C. 2001. Le proverbe chez les Bwa du Mali: parole africaine en situation d'énonciation. Karthala Editions, París.
- LINNAEUS, C.. 1741. anmärkning öfwer wisen hos myrorne, Vetensk. Acad. Handl. 2: 37-49.
- LONG, J. 1881. Eastern proverbs and emblems illustrating old truths. Trübner & Co., London.
- ROEBUCK, T. 1824. A collection of proverbs, and proverbial phrases, in the Persian and Hindoostanee languages. Hindoostanee press, Calcutta.
- UPRETI, G. D. P. 1894. Proverbs and folklore of Kumaun and Garhwal. Lodiana Mission Press.
- WHEELER, W. M. 1910. Ants: Their Structure, Development and Behavior. Columbia University Biological Series vol. 9, New York: Columbia University Press.
Va quedando claro que con muchas de las cosas que se ponen aquí se podría elaborara un libro. (o varios... ;-) )
ResponderEliminarGracias por la cita de la salida de reinas.
Hay un cuadro más trabajado en
http://www.lamarabunta.org/4images/data/media/70/fechas_salidas_reinas2.jpg
, aunque como no distingue entre especies de Messor quizás se adaptase peor al artículo...
Pues gracias, Raul, por esos cuadros de salidas de alados que son tan utiles y claros. Efectivamente escogi el que daba los datos de M. barbarus, especialmente abundante y ubicua.
ResponderEliminarSaludos
Estimado Jose,
ResponderEliminarEnhorabuena por la información mostrada. Sólo con echar un vistazo a la bibliografia, se nota que es usted un verdadero experto en la materia.De sumo interés me ha resultado la cita de las hormigas que aparece en El Quijote y la calidad de sus fotografias.
Enhorabuena
Dario
ES MUY INTERESANTE...YO NO SABIA NADA DE ESTO BYE CUIDENSE
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminar¡Qué erudición! Me ha parecido un artículo fantástico.
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio, me alegra mucho que te guste.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Uf, precioso artículo, interesantísimo, exhaustivo. Nunca sabes cómo vas a encontrar las cosas. Tropecé con él buscando si había alguna versión digitalizada del libro de proverbios de Roebuck. No e he resistido a acudir al Gulistan, que tengo en formato Word, y donde he encontrado dos referencias más a las hormigas. Una, la inevitable sobre su laboriosidad. Otra, que repite y me ha parecido muy curiosa, sobre la aceptación de la de la propia debilidad, comparándola con la hormiga bajo la pisada de una bota.
ResponderEliminarGracias por el artículo y por el empujón al paseíto.
Hola Juan. Pues me alegra mucho que te haya gustado el artículo. Y muchas gracias por la referencia del Gulistan.
ResponderEliminarHe visitado tu blog (http://juandelamori.blogspot.com.es/), verdaderamente magnífico y elaborado. Enhorabuena.
Un cordial saludo,
José María