An easy trap for capturing Leptanilla males
En entradas pasadas he comentado
al lector la enorme dificultad de colectar ejemplares de Leptanilla, sobre todo
las diminutas obreras y reinas subterráneas. Los machos alados, en sus salidas
al exterior, son capturados con mayor frecuencia, especialmente en piscinas o mediante
trampas de captura en vuelo. Se trata, en todo caso, de minimizar paso a paso el
factor azar. Para buscar obreras en cualquier localidad, conviene primero saber
si hay machos. Si los hay, podemos tener una razonable certidumbre de que
bastante cerca, bajo tierra, habitan las hembras (en mi caso las encontré en un
radio inferior a 50 metros alrededor de las piscinas donde flotaban los machos).
Una vez localizadas las primeras obreras –en mi caso tras dos meses de
excavaciones– podemos volver a tener cierta seguridad de que habrá otras
colonias a muy poca distancia. Tal ha sido mi experiencia durante dos campañas
de verano: unas 15 colonias aparecieron cavando en un mismo frente de unos 10
metros de longitud.
De lo dicho se concluye el interés
de encontrar los machos que vuelan en verano desde finales de junio a finales
de setiembre, siempre que acompañe el buen tiempo. Si no se dispone de piscinas
o albercas en la zona de búsqueda, podemos colocar pequeñas trampas.
Recientemente comprobé, no sin sorpresa, que los machos de Leptanilla realizan
vuelos de noche, y que son atraídos hacia las radiaciones ultravioletas
emitidas por una linterna. Estos días he mejorado el sistema para hacer la
trampa nocturna más autónoma. He adquirido en la tienda de Amazon una pequeña lámpara
solar antimosquitos. Dicha lámpara, de 14 cm de ancho, emite luz led blanca o
UV (a seleccionar con un interruptor) y está rodeada de una malla con voltaje
para matar los mosquitos. En la parte superior se encuentra la placa solar que
carga la batería durante el día. La pila AA de 600 mAh (NiMH) puede
cambiarse por otra de más capacidad, por ejemplo de 2000 mAh. Dispone de un
sensor que activa la lámpara al anochecer.
A los efectos de probarla para la
captura de machos de Leptanilla, retiré el tubo largo que se utiliza para
clavarla en tierra, así como la cubierta metálica protectora. Para evitar la electrocución de los insectos metí la lámpara
en un tarro transparente, en cuyo fondo puse unas piedras para dar estabilidad
al conjunto. El tarro lo coloqué dentro de una bandeja con agua.
Puse la trampa a unos 20 metros
de la zona donde excavo (un talud situado 7 km al norte de Madrid), y la dejé allí
el fin de semana del 30 al 31
de agosto de 2014 . El 1 de setiembre por la mañana inspeccioné la
bandeja: junto a una docena de polillas y varios mosquitos, había 5 machos de
Leptanilla correspondientes a dos especies.
Este tipo de trampas de bajo
coste, recargables por energía solar, puede servir a los mirmecólogos en la
busca de estas raras hormigas. La visibilidad de la lámpara, y por tanto su efectividad, puede incrementarse inclinando o elevando el tarro transparente, o quizá poniendo un espejo debajo.
Encontré la misma lámpara en una tienda local.
ResponderEliminarVoy a realizar la misma réplica a ver si hay suerte!
Gracias por el método de trampa. Desconocía que había que utilizar luz UV en lugar de luz normal.
Un fuerte abrazo.
Alberto_enfermero
Hola Alberto. Había leído que el ultravioleta tiene mayor poder de atracción en insectos. Comentarte que he reemplazado la pila que lleva por otra recargable de 2000 mAh. Aunque supongo que el panel solar funciona aceptablemente, suelo poner la trampa con la pila recién cargada, asegurándomeuna mayor duración de la luz durante la noche (y permitiéndome ponerla en cualquier sitio, aunque no le de el sol durante el día).
ResponderEliminarMucha suerte, que por cierto sueles tenerla encontrando hormigas espectaculares ¡¡
Los machos de Leptanilla tienen dos ventajas respecto a las obreras: la primera, que son más fáciles de diferenciar por la genitalia; la segunda, que evitan en gran parte el factor azar de la desesperante búsqueda de obreras y reinas.
Mi impresión es que el género puede ser más diverso de lo imaginado, y de momento el mejor indicio son los machos. Fíjate que en solo media hectárea en Madrid he encontrado 5 morfotipos de machos, que más el colectado por Espadaler en Sant Cugat suman 6, es decir, una especie más que las 5 citadas para la península.
Un abrazo,
José María