miércoles, 15 de octubre de 2014

Leptanilla: ¿rareza o artefacto?

Leptanilla: rareness or artifact?

En un sugerente artículo Espadaler y López-Soria (1991) se preguntaban hasta qué punto eran verdaderamente raras y escasas algunas especies de hormigas mediterráneas difíciles de encontrar y ausentes en los listados faunísticos de muchas regiones. Durante 5 años muestrearon 400 m2 de un jardín urbano en Barcelona, colectando, junto a especies de amplia distribución, otras como Hipoponera abeillei, Cryptopone ochracea, Chalepoxenus muellerianus o Leptanilla sp. Concluyeron que tal rareza en ciertas especies era en parte un “artefacto” consecuencia de la falta de muestreos intensivos con los métodos adecuados (por ejemplo, en el caso de las especies hipogeas, el uso de las técnicas de lavado de tierras o el sistema de Berlese).
Tras más de 20 años desde la publicación del artículo, el tiempo está dando la razón a estos mirmecólogos españoles. En lo que al género Leptanilla se refiere, merece la pena recordar el balance de las dos campañas seguidas en las que he estado cavando en unos 100 m2 de un talud cercano a Madrid: en las muestras de tierra aparecieron 3 o 4 tipos de obreras pendientes de determinación, y, flotando en unas piscinas adyacentes a dicho talud, machos con 4 o 5 morfologías diferentes.

Talud donde se realizaron las excavaciones a la búsqueda de Leptanilla. Madrid

Fijémonos en uno de esos morfotipos de macho, el que he denominado provisionalmente Leptanilla sp Madrid-B, que recientemente encontré asociado a uno de los tipos de obreras.

Macho de Leptanilla sp Madrid-B

En la siguiente gráfica represento las capturas de estos machos en unas pequeñas piscinas del INIA (Madrid) entre julio y setiembre de 2013 y 2014.


Quedémonos ahora con el total de la recolección de 2014: 151 ejemplares recogidos minuciosamente, casi a diario y durante dos meses, flotando sobre una lámina de agua de 40 m2. Hagamos cálculos sobre una hectárea: si en 40 m2 de piscina se recogieron 151 ejemplares, en 10000 m2 circundantes podrían recogerse 37750. Consideremos seguidamente el tamaño poblacional de las colonias de Leptanilla; encontré 4 colonias que parecían estar completas: 101, 175, 227 y 196 obreras respectivamente, lo que da una media de 175 obreras por colonia. En la colonia de 227 obreras hallé asociados, bajo tierra, 7 machos de Leptanilla sp Madrid-B, por tanto un 3% del total de la colonia. Este porcentaje debe ser sensiblemente inferior al porcentaje real de machos, parte de los cuales podrían haber emergido ya al exterior. Supongamos que los machos constituyen, aproximadamente, un 10% del total de los individuos de la colonia. Tendríamos entonces que una colonia media de 175 individuos albergaría 17.5 machos. Finalmente, dividamos los 37750 machos caídos a lo largo del verano en una hectárea, entre 17.5, y obtendremos el número de colonias de Leptanilla sp Madrid-B para dicha parcela: 2157.
Dado que este morfotipo de Leptanilla supone, aproximadamente, el 25 % de la recolección anual de machos en las piscinas, el número total de nidos para las diferentes especies de Leptanilla en mi zona de excavación rondaría los 8000 por hectárea. Ciertamente esta cifra oscilará con mayor o menor amplitud, arriba o abajo, en función de diversos factores, como el meteorológico o el número de machos que produzcan las colonias. Pero puede concluirse razonablemente que estas hormigas primitivas y subterráneas, tradicionalmente consideradas de excepcional rareza, son relativamente abundantes, al menos localmente. Quizá en el futuro resulte ser un grupo más diverso y distribuido de lo hasta ahora imaginado.

Referencias:

Espadaler X., López-Soria L. 1991. Rareness of certain Mediterranean ant species: fact or artifact? Insectes Sociaux 38: 365-377.

3 comentarios:

  1. Ciertamente ese artículo me influye desde hace años. Cuando en un muestreo parece que no vaya a salir nada interesante, se insiste más y zas! una maravilla!

    ResponderEliminar
  2. Trabajo arduo y de gran paciencia y profesionalidad. Estas hormigas "juegan" en la liga de "los casi invisibles" y asombra su cantidad y variedad en tan pequeño espacio.

    ResponderEliminar
  3. El tema da qué pensar. Y principalmente sobre los métodos de muestreo. Para las hormigas hipogeas se hace necesario aplicar, de manera sistemática, las técnicas adecuadas. A nivel de la Península Ibérica requeriría mucho esfuerzo, pero la perspectiva de nuevos descubrimientos es incitante. En mi imaginación desbordada no he podido evitar establecer un cierto paralelismo entre el mundo subterráneo, "invisible", y el del dosel arbóreo de los trópicos, donde no hace muchos años -aplicando nuevos métodos de recolección- se halló una insospechada diversidad de fauna mirmecológica.

    ResponderEliminar