En 2008 los renombrados mirmecólogos B. Hölldobler y E. O. Wilson publicaron un extenso y complejo libro titulado The Superorganism (W. W. Norton). Pusieron de nuevo sobre la mesa el fascinante debate acerca de la consideración de las colonias de insectos eusociales como verdaderos organismos. Dada su naturaleza supraorgánica, a este nuevo nivel de integración biológica se le ha denominado “superorganismo”. La primera formulación explícita de esta hipótesis la realizó en 1911 el gran mirmecólogo norteamericano W. M. Wheeler en su artículo La colonia de hormigas como organismo (The Ant-Colony as an Organism. Journ. Morphol., 22: 307-325), artículo que reproduzco a continuación para el lector y que traduje y reuní, junto a otros cuatro de Wheeler, en el libro Cinco ensayos de mirmecología (Vision Libros, 2009).
William Morton Wheeler recolectando hormigas en Nueva Gales del Sur, Australia, en 1931
(Archivo del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard)
(Archivo del Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard)
En mi modesta opinión la concepción de superorganismo, aplicada a las colonias de insectos, constituye más una analogía que una realidad biológica. La acción integrada de un organismo como respuesta a una experiencia previa asimilada por el todo orgánico, parece dudosa en una colonia de hormigas. La centralización de la acción y la experiencia, característica de los organismos genuinos, parece ausente de las colonias de insectos eusociales. La actividad conjunta de un hormiguero podría explicarse, probablemente, mediante procesos de autoorganización, procesos que emergen de las actividades individuales de cada hormiga y de sus interacciones con las demás, facilitadas por los diversos sistemas de comunicación y regulación mediante feromonas, vibraciones, etc, y por la trofalaxia individuo a individuo. Un caso de actividad emergente sería la estigmergia, concepción desarrollada hace muchos años por el biológo francés P. Grassé para explicar diversas realizaciones colectivas de los insectos sociales: por ejemplo, la arquitectura de los nidos.
Sea como fuere, conceptos como el de superorganismo ponen de relieve la importancia del pensamiento y la historia aplicados a la Biología. Los hechos de observación no son nunca evidentes por sí mismos. Antes bien, se enmarcan en un conjunto previo de ideas y presupuestos del observador acordes con su momento histórico. Basta una chispa creativa, un nuevo concepto, para que los hechos adquieran una inesperada consideración.
Sea como fuere, conceptos como el de superorganismo ponen de relieve la importancia del pensamiento y la historia aplicados a la Biología. Los hechos de observación no son nunca evidentes por sí mismos. Antes bien, se enmarcan en un conjunto previo de ideas y presupuestos del observador acordes con su momento histórico. Basta una chispa creativa, un nuevo concepto, para que los hechos adquieran una inesperada consideración.
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Pues sí, es mi modesta opinión que no hay que tratar de encajar con calzador las sociedades de insectos dentro de la idea de organismo. La Naturaleza es muy variada y a Ella le da igual que nos encante ponerle nombres a las cosas.
ResponderEliminarPues mirad, y con todos los respetos del mundo. Un servidor (a algunos ya sé que no os viene de nuevo) todavía va más lejos con la idea de organismo (o superorganismo). Creo que la idea sería más diáfana si hablásemos de "individualidad" biológica, o sea, por ejemplo, de bacteria, león, árbol u hormiguero, hormiguero, sí. La hormiga, para mi, hoy ya no es una individualidad, lo fueron sus antepasados las avispas, sí, pero han pasado a formar parte de una nueva individualidad biológica, el hormiguero, que es el ente que evoluciona en conjunto e interacciona ecológicamente en toda su globalidad cohesionada con el resto de entidades. También dejaron de ser individualidades muchas bacterias que se integraron al mundo celular...
ResponderEliminarXavier Roig (xauxa)
Pues yo me quedo con la idea que el concepto de superorganismo como unidad, como individualidad, sí es válida. Funcionalmente es equiparable la avispa solitaria, predecesora de las hormigas, al hormiguero. Considero que en el caso de las hormigas (y el resto de insectos eusociales) es la totalidad de la comunidad la que viaja en el tiempo año tras año, primavera tras primavera y es la que, en definitiva, se somete en conjunto a la selección natural y a las interacciones ecológicas con el resto del hábitat. En los últimos tiempos, los tiempos de la genómica, mira por donde, va perdiendo fuerza, poco a poco, el hasta ahora omnipotente reduccionismo molecular, y creo que se avecinan, están al caer, días de resplandor en los cuales los organismos o los superorganismos (nosotros mismos lo somos con nuestro metagenoma que contiene un 20% de peso en seco de procariotas) constituirán el nivel de orden biológico emergente principal y decisivo a estudiar.
ResponderEliminarXavier (xauxa)