La
contemplación de la naturaleza, más allá de cualquier análisis ulterior, es
motivo de deleite y fascinación para el observador. Y el asombro que provoca constituye, como nos enseñaron Platón y
Aristóteles, el primer paso hacia el
conocimiento y la comprensión de los fenómenos.
En
1810 Pierre Huber narró admirablemente, en su obra Historia de las hormigas,
los asaltos, razias o incursiones de la hormiga amazona Polyergus rufescens
a los nidos de Formica, asaltos destinados a capturar sus pupas para
criarlas (en parte también para alimentarse de ellas) y formar colonias mixtas.
Este extraordinario descubrimiento –el parasitismo social obligado– se ha
convertido desde entonces en objeto de innumerables investigaciones y algunas controversias, y aún hoy
plantea no pocos interrogantes que esperan solución.
Obreras de Polyergus rufescens atacando un nido de Formica
Bert
Hölldobler y Edward Wilson, maestros de la mirmecología contemporánea,
calificaron los asaltos de Polyergus como el mayor espectáculo que pueda
contemplarse en el mundo de las hormigas… Quiero compartir con el lector 22
minutos de filmación sobre Polyergus rufescens entresacados de las
observaciones que llevé a cabo este verano en Almazán, Soria. A modo de pequeña
guía, doy a continuación unas breves
explicaciones de las secuencias más destacadas:
- (00:00-00:46) El nido mixto de Polyergus rufescens-Formica cunicularia (por confirmar una segunda especie esclava, F. rufibarbis) tiene 5 entradas separadas situadas a lo largo de un perímetro más o menos circular de unos 50 cm de radio. El interior del círculo está más despejado de hierbas que la zona exterior al mismo. En dicho círculo, desde hace una hora, entran y salen obreras que deambulan de forma caótica.
- (00:47-02:36) Una obrera ha debido entrar al nido por una de las entradas, segregando feromonas procedentes de la glándula de Dufour. Inmediatamente, de forma abrupta, salen al exterior varios cientos de obreras. Se mueven caóticamente y con notable excitación por el interior del círculo, extendiéndose poco a poco por la superficie hasta alcanzar un radio de 1 a 2 metros alrededor del hormiguero. Dicho movimiento caótico de la masa de obreras de Polyergus puede durar de 5 a 40 minutos.
- (02:37-03:02) De forma impredecible para el observador, por uno de los lados de la superficie ocupada por la masa de obreras se inicia el frente de avance de la columna de asalto, columna compuesta por entre 600 y 1000 individuos.
- (03:03-07:40) La columna de obreras de P. rufescens marcha campo a través en trayectoria rectilínea y formación compacta de 10 a 20 cm de ancho y varios metros de longitud, pudiendo recorrer distancias que superan los 100 metros. Cada cierto tiempo la columna parece disminuir su velocidad, ensanchándose por el frente de avance en busca de nidos de Formica. Las obreras se orientan por pistas feromonales y referencias celestes.
- (07:41-18:36) La columna localiza un nido de Formica. Inmediatamente segregan feromonas mandibulares que inhiben la agresividad de las obreras de Formica. Probablemente segregan otro tipo de feromona capaz de reclutar en pocos segundos al conjunto de obreras de Polyergus, formándose a veces sorprendentes vórtices junto a las entradas de los nidos de Formica. Entran a enorme velocidad, en ocasiones excavando la tierra y ampliando la boca del hormiguero. En pocos minutos salen las primeras obreras cargadas con pupas de Formica.
- (18:37-22:02) Las obreras cargadas con pupas de Formica inician la vuelta al hormiguero. Ahora no van en formación compacta. Vuelven individualmente a medida que salen del nido de Formica. Siguen paso a paso la trayectoria de ida, lo que indica la permanencia de la pista feromonal segregada durante la fase de avance de la columna. Curiosamente, las obreras no llegan directamente a las entradas del nido mixto. Antes bien, se congregan y deambulan por el área de unos 50 cm de radio alrededor del hormiguero, precisamente la zona activa donde se movían caóticamente antes de formar la columna de asalto. Todo el proceso, desde la salida masiva hasta el retorno, puede durar, dependiendo de la distancia y de la dificultad del terreno a recorrer, de 30 minutos a 2 horas.
Asalto de Polyergus rufescens a nidos de Formica
Cuando me contaste esto me impresionó. Ahora que lo
ResponderEliminarveo (gracias por compartir tus observaciones!)... ni te cuento. Enhorabuena de nuevo.
Hombre, Carlos, una sorpresa verte por aquí.
ResponderEliminarMuchas gracias y un fuerte abrazo.