En 1997 fallecía en Cuba, a los 43 años, el artista valenciano Capi Trillo. Había ido en busca de unas pequeñas hormigas azules, de menos de 4 mm, pertenecientes al singular grupo Macromischa (hoy incluido en el género Lepthotorax).
Las hormigas fueron una pasión artística para Capi. Las pintaba en los muros, en los suelos, las forjaba en hierro… Benicàssim está llena de ellas, al punto de constituir un símbolo de dicha localidad. La alcaldía rindió tributo al artista dedicándole un monumento.
Ilustración del artículo ¿Arte efímero? de Carmen Senabre, publicado en el número especial “Metafora I naturalesa. Capi Trillo” de la revista Octubre. Art i disseny, nº 2 (1999).
En 1995 Capi Trillo no dudó en adentrarse en los restos de un navío encallado en la costa de Fuerteventura, el "American Star". Un reportero de la Explorer Magazine dejó constancia de la misteriosa fascinación con la que Capi pintaba hormigas en la cubierta o en los diferentes salones y camarotes del barco (http://explorermagazin.org/amstar/tritre2_e.htm).
Capi, a la derecha (http://explorermagazin.org/).
En 2007 su hermano Leopoldo Trillo-Figueroa publicó un hermoso libro en su memoria: Un par de veces. Las hormigas de Capi. Cuentan que Capi ansiaba ser farero, y que trabajó como guarda del Parque Natural de las Islas Columbretes. Allí, frente a las aguas del mar Mediterráneo, reposa para siempre este hombre apasionado, pintor de hormigas.
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