martes, 15 de junio de 2010

Cataglyphis ibericus con su presa Messor barbarus

Cataglyphis ibericus with its prey Messor barbarus

En una entrada previa acerca del comportamiento de la hormiga termófila Cataglyphis ibericus (Emery, 1906), comentaba que esta peculiarísima hormiga termófila, corredora y de visión muy desarrollada, tiene hábitos marcadamente mirmecófagos, especialmente respecto del género Messor –las abundantes hormigas recolectoras–. Me preguntaba entonces, como ahora, cómo consiguen las Cataglyphis recolectar un número tan elevado de obreras y soldados Messor. Quizá se trate de individuos muertos por el calor, o también de los cadáveres abandonados por las arañas cazadoras de hormigas. Finalmente, y estaría por demostrar, pudiera ser que Cataglyphis ibericus cace individuos vivos.
No es raro verlas merodear las entradas de los nidos de Messor barbarus… Hoy he observado un comportamiento que nunca había visto antes. Lejos de su nido, una obrera de Cataglyphis zarandeaba a un soldado de Messor cuyo cuerpo, sin movimientos, estaba aún fláccido, como de muerte reciente. No era un comportamiento de transporte. Durante unos 15 minutos, la Cataglyphis cogía a la Messor (independientemente de que se enredara o no en la vegetación), la mordía en diferentes sitios (incluyendo el cuello y el peciolo), la lamía, la levantaba, la giraba, se subía encima, se metía debajo… Y cada cierto tiempo se separaba y acicalaba las antenas con las patas delanteras. Después de este comportamiento comenzó el normal transporte de la presa hacia el nido. ¿Por qué esta sorprendente conducta? ¿Por qué no arrastró directamente a la obrera de Messor (en caso de haberla encontrado muerta)? ¿Tendrán interés para Cataglyphis las secreciones cuticulares de Messor? ¿Pudo haberla cazado? ¿Quizá la estaba terminando de neutralizar?
Vea el lector el curioso video de esta observación, con los 2 últimos minutos a cámara lenta (300 fps).

3 comentarios:

  1. Desde luego de comérselas muertas a matarlas y luego comérselas no parece que haya un gran salto evolutivo.

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  2. Sí, sí, Raúl. El paso de un comportamiento recolector de cadáveres o carroña a otro de caza activa de presas es bastante relevante. La caza, y más si aparece especialización, pone en funcionamiento infinidad de resortes novedosos, evolutivamente novedosos, de los que carece la mera conducta recolectora. Surgen estrategias en función del comportamiento de la presa, estrategias de ataque y defensa, de ubicación y distribución espacial de los nidos. Se hace necesario un comportamiento predador que mate o neutralice a la víctima, incluso un sistema adecuado de transporte de la misma. Si la especialización es estricta, entonces aparecen modificaciones sensoriales y morfológicas directamente relacionadas con la actividad de caza de la presa específica.

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