domingo, 21 de febrero de 2010

La máquina exterminadora de hormigas del Barón Hüpsch

The ant exterminating machine of Baron Hüpsch

En la segunda mitad del siglo XVIII una plaga devastadora de hormigas arrasó las plantaciones de azúcar de las Antillas Menores. En 1760 alcanzó la isla de Barbados; en 1763, la de La Martinica; en 1770, la de Granada… Tal fue la catástrofe, que el gobierno de La Martinica ofreció en 1776 una recompensa de un millón de su moneda corriente para quien descubriera un remedio eficaz contra la plaga. Otro tanto hizo la Asamblea Legislativa de Granada, ofreciendo 20.000 libras.
En este contexto se sitúa el invento propuesto por Wilhelm Carl Adolf von Hüpsch, Barón de Hüpsch (1726-1805), que dio a conocer en 1777 en una Memoria bilingüe alemán-francés, y más tarde en otra donde modificó el título para incluir expresamente la mención a las hormigas de La Martinica (1780). En breve se tradujo al español bajo el título de Máquina para destruir las hormigas y otros insectos de un modo fácil e infalible (en Suárez y Nuñez, 1783).
Suárez y Nuñez, el traductor español de la Memoria, nos dice que “Esta Máquina, que con razón alaba tanto el Barón de Hüpsch, su Autor, se ha ejecutado en esta Corte [de Madrid] por el Maestro Vidriero Juan García Macho, que vive en la calle de los Preciados”. La noticia de la máquina llegó a América, y sabemos que fue reproducida en Cuba, empleando hoja de lata, por el profesor Ramón Rodriguez (Sociedad Económica de Amigos del País. Cuba, 1846).

Barón de Hüpsch
(Peter Joseph Imhoff, Hessisches Landesmuseum)

El Barón de Hüpsch fue un notabilísimo coleccionista, naturalista y estudioso, autor de obras como la erudita Epigrammatographia, en 4 volúmenes (Colonia, 1801). Recientemente se descubrió un libro suyo de 1764 que había pasado desapercibido, la Disertación física sobre una unión pasada y separación del Viejo y Nuevo Mundos (Citado en Papavero, 2001), en el que adelantaba la ahora conocida como Teoría de la Pangea:
Podemos concluir, por tanto, muy probablemente, que América antes constituía una única masa de tierras con África, y que no había ningún obstáculo, en tiempos muy remotos, para la llegada, allá, del hombre y de los animales, que se multiplicaron y habitaron esa entonces inhabitada parte de la Tierra; y que importantes inundaciones del vasto océano entre las dos partes ocurrieron, separándolas por una distancia considerable, por desbordamiento o inundación de las aguas…

Hüpsch reunió un fabuloso Gabinete de Arte y Curiosidades, conservado hoy día -tras las pérdidas causadas por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial- en el Hessisches Landesmuseum de Darmstadt, Alemania. Para hacernos una idea de lo que albergaba, nada mejor que oir a nuestro poeta y dramaturgo Leandro Fernandez de Moratin (1760-1828), en su obra póstuma Viaje a Italia (1867):
Fui a ver el célebre gabinete del Barón de Hüpsch, hombre instruido, de buenos conocimientos en la física y antigüedades, obsequioso y afable, me enseñó su colección que por cierto, numerosísima y preciosa para un particular. Es imposible dar una descripción completa de ella; diré solamente, entre lo mucho que vi, lo que se me acuerda digno de atención, manuscritos antiguos o raros en diferentes lenguas, escritos en papel seda, vitela, hojas de palma..., ediciones muy raras, planchas de madera con las letras gravadas en relieve y que sirvieron para imprimir los primeros libros en el origen de la imprenta. Monumentos de las artes de los egipcios, griegos, etruscos, romanos..., otros de la Media Edad en que se ve el estado de las artes en Europa por aquella época, curiosidades de los pueblos orientales, ídolos, vestidos, instrumentos, armas, monedas..., como también de América y África y de las naciones más septentrionales de Europa. Pinturas y esculturas modernas, entre las cuales hay muchas de mérito. Un gabinete de historia natural en que ha procurado reunir lo más raro, puesto que no es posible ni necesario a un particular empeñarse en tenerlo todo. La colección de conchas me pareció muy buena, en la de petrificaciones hay pedazos de troncos hechos piedra, cosa preciosa, y otros que han pasado a ser hierro enteramente; son también dignos de aprecio dos cántaros o vasijas de barro sacados del mar, cubiertos del todo con una capa de corales y conchas. Entre los cuadrúpedos y reptiles los hay muy raros. Ni puedo acordarme de todo ni es este lugar de describirlo. El citado Barón ha escrito obras estimables de antigüedades y de física, su casa está abierta a todas horas para el público y es lástima que la estrechez de ella no permita dar a su gabinete una colocación ventajosa y distribuida como corresponde.

Veamos, en fin, el diseño de la máquina que el Barón de Hüpsch ideó en el siglo XVIII con el objetivo de exterminar por asfixia a las hormigas, seguido de sus propias explicaciones.

Máquina exterminadora de hormigas (según Hüpsch, 1777)

Construcción interior y exterior de esta Máquina
A la mitad de la altura de la campana se colocan por dentro dos varillas de hierro BB, apoyadas en las mismas paredes de la Máquina, y estas sirven para colocar sobre ellas un platillo C, que puede muy bien ser de hierro o de barro. A un lado de la campana, y por encima de las varillas de hierro, se dispone una puertecilla cuadrilonga DD, y que pueda manejarse con facilidad, y cerrarse con una aldabilla, de suerte que ajuste bien. En E, se coloca una llave de fuente, por la cual pueda el aire entrar y salir libremente; y en la parte superior F, se establece un anillo, que sirve para llevar cómodamente la Máquina de un paraje otro. En GG, se representa un hormiguero sobre el cual se ha colocado la campana.

Uso de esta Máquina
Puesta la campana sobre el hormiguero G, se echa alrededor de su boca HH la tierra necesaria para que no se introduzca dentro de la Máquina el aire exterior, ni se escapen las hormigas; bien que nada importa que se escapen algunas. Colocada así la campana, se abre la puerta DD, y se enciende la mecha, o pedazos de lienzo azufrado, que antes se habrán echado en el platillo C, y cerrando la puerta se deja que se queme todo enteramente; en la inteligencia, de que pasados algunos minutos, se verán con admiración muertas todas las hormigas. La llave de fuente sirve para impedir que se apague la llama; y así, se abrirá y cerrará según convenga. Los trapos azufrados se hacen metiendo pedacillos de lienzo viejo en el azufre derretido.


Referencias:
  • HÜPSCH, W. C. Adolf. 1764. Physikalische Abhandlung von der vormaligen Verknüpfung und Abonderung der alten und neuen Welt. Citado en Papavero, Nelson: Historia de la Biologia Comparada Desde El Genesis Hasta El Siglo de Las Luces. UNAM, México, 2001.
  • –1777. Description d'une machine universellement utile et avantageuse, propre à détruire entierement d’une maniere infaillible, aisee et à peu de frais les fourmis ainsi que d'autres insectes nuisibles. Edición bilingue alemán-francés. Cologne, Francfort et Leipzic.
  • –1780. Description de quelques machines et remèdes qu'on pourroit essayer pour détruire à peu de frais les fourmis nuisibles de la Martinique en Amérique ainsi que d'autres insectes. Cologne. H. J. Simonis.
  • –1783. Máquina para destruir las hormigas y otros insectos de un modo fácil e infalible. En Suárez y Núñez, Miguel Gerónimo (compilador y traductor): Coleccion general de maquinas: escogidas entre las que hasta hoy se han publicado en Francia, Inglaterra, Italia, Suecia, y otras partes. Imprenta de Pedro Marin, Madrid, 1783.
  • –1801. Epigrammatographia, uve collectio inscriptionum antiquioris, medü et recentiorís aevi provinciarum Germaniae injeríoris. 4 vol., Coloniae.
  • FERNANDEZ DE MORATIN, Leandro. 1867. Viaje a Italia. En Obras póstumas 1, Imprenta Rivadeneyra, Madrid.
  • SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAÍS (CUBA). 1846. Aparato para la destrucción de las vivijaguas. Memorias de la Sociedad Económica de la Habana nº 3, marzo: pág. 141. Cuba.


2 comentarios:

  1. Se podría decir que es el pionero de la "fumigación" ¿no?

    ¡Qué tiempos en los que un erudito podía estudiar y destacar en varios campos a la vez...!

    Hoy la especialización nos convierte en listos de un poco y tontos para todo lo demás.

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  2. Claro, que el Barón debía de ser bastante rico, y disponer de mucho tiempo. Pero en serio: no le quita méritos a este sabio y buen hombre. Moratín ya comentaba que tenía su casa abierta a todos; escribió e inventó cosas de interés y utilidad, donó su colección y Gabinete...
    La máquina de Hüpsch, en fecha tan temprana, creo que es el primer artilugio tecnológico inventado para combatir a las hormigas.

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