El gran sabio francés Réaumur (1683-1757) dejó manuscrita su pionera obra sobre las hormigas en torno a 1743. En 1926 fue redescubierta y traducida al inglés por el mirmecólogo norteamericano W. M. Wheeler. En 2006 preparé una traducción española (ed. Vision Libros) con el siguiente prólogo.
PRÓLOGO
Cuando muere Réaumur
en 1757, la revista Mercure Historique
dirá de él que “fue el más curioso y el más célebre de los naturalistas
modernos”. El paso del tiempo ha relegado su figura a un cierto olvido. Pero
basta con acercarse a los fondos antiguos de muchas bibliotecas españolas para
encontrar no pocas de sus obras, especialmente los seis gruesos tomos en cuarto
de sus Memorias sobre los insectos. De la fama y calidad de estas Memorias da
cuenta el hecho de hallarse entre los libros de la biblioteca personal que
poseía nuestro gran botánico Mutis en la Colombia de la segunda mitad del siglo
XVIII.
La obra científica de
Réaumur causa asombro y perplejidad: por el rigor, por la originalidad, por su
carácter experimental, por la variedad prodigiosa de temas que abarca. La
relación de sus libros y trabajos académicos alcanza la cifra de 104, que se
adentran en la matemática, la metalurgia y la tecnología, la física
experimental, la zoología, la botánica, la fisiología… En todas estas
disciplinas se atendrá escrupulosamente a los hechos, contrastados
metódicamente mediante innumerables y hábiles experimentos. Como vamos a ver,
su curiosidad inagotable tenderá siempre a indagar en los aspectos prácticos y
utilitarios de los fenómenos que observa. Será inventor, creador de técnicas,
pionero y precursor en varias materias.
René Antoine Ferchault de Réaumur. Grabado de Simonneaux, Biblioteca Nacional de París
René Antoine Ferchault de Réaumur nació en La Rochelle, Francia, en 1683. Trás las primeras enseñanzas en su
tierra natal y en Poitiers, estudia Leyes en Bourges, y en 1703, con 20 años,
llega a París donde conocerá al gran matemático Pierre Varignon, que se
convertirá en su maestro y amigo. Entre 1708 y 1709 publica tres trabajos sobre
problemas geométricos que le valdrán su nombramiento, con 24 años, como miembro
de la Academia de Ciencias Francesa, en la que permanecerá casi 50 años y de la
que será su director en once ocasiones. La Academia le encarga, en 1710, una
descripción de las artes, oficios e industrias francesas. Durante largos años,
Réaumur no se limitará a realizar un inventario pormenorizado: antes bien,
aportará descubrimientos y métodos nuevos para la mejora de la producción. He
aquí algunos de esos trabajos:
Estudia la
fabricación de pizarras y cuerdas (1711) y prueba que la torsión de las mismas
disminuye su fuerza; analiza el diseño de hilos y filamentos de oro (1713) y
demuestra la gran ductilidad de ciertos metales; describe las minas de turquesa
del sur de Francia y los métodos de producción del color azul (1715),
descubriendo que algunas turquesas son, realmente, dientes fosilizados de
grandes animales extintos; investiga el color de las perlas falsas, que le
llevará a advertir la particular sustancia
que da lustre a las escamas de los peces, lo que le conducirá al estudio del
desarrollo y crecimiento de dichas escamas (1716); estudia la formación de las
perlas (1717) y apunta la posibilidad de inducirla artificialmente; estudia los
ríos auríferos de Francia (1718); publica un trabajo sobre los bosques de
Francia (1721), denunciando su disminución y diseñando experiencias a largo
plazo para su conocimiento y gestión; entre 1720 y 1722 presenta a la Academia
diez importantes memorias sobre el hierro y el acero, reunidas posteriormente como
libro (1722), donde describe una mezcla notablemente mejorada para la
cementación y conversión del hierro en acero, acertando a interpretar la
naturaleza del acero como hierro impuro penetrado por “partículas sulfurosas y
salinas”, que en la terminología química de la época puede asimilarse al
carbón, elemento fundamental en la composición del acero; estudia la
fabricación de anclas (1723); advierte las formas regulares que adquieren los
metales fundidos al enfriarse, empleando el microscopio y avanzando la futura metalografía
(1724); desarrolla un método económico para la fabricación de la hojalata
(1725); investiga la industria de la porcelana, desarrollando una técnica de
desvitrificación del vidrio con la que fabrica una porcelana que lleva su nombre
(1727 a 1729 y 1739).
Estos trabajos le
harán acreedor de una pensión de 12.000 libras a propuesta del regente Felipe
II, Duque de Orleáns, que Réaumur donará a la Academia de Ciencias. Entre 1730
y 1731 dará a conocer el termómetro de alcohol y la escala de 80º que llevan su
nombre, con el que iniciará la toma sistemática de temperaturas en diferentes
localidades, dando así un importante impulso al desarrollo de esta rama de la
meteorología.
La intensa actividad
de Réaumur como naturalista aparece ya en uno de sus primeros trabajos, el
dedicado a la formación y crecimiento de las conchas de los moluscos (1709),
donde establece la adición de sucesivas capas como causa de dicho crecimiento; uno
de los últimos será también zoológico, versando sobre un nido de ave fósil (1754).
Entre ambos van a sucederse innumerables investigaciones en el campo de la Historia Natural y de la Biología. Citamos ahora algunas de
ellas, antes de entrar a comentar sus fundamentales Memorias sobre los insectos:
Estudia los sistemas
de desplazamiento de moluscos, estrellas de mar y otros invertebrados (1710),
descubriendo el pie ambulacral; publica una memoria sobre la seda de las arañas
(1710), llegando a fabricar un tejido con el que hace varios calcetines y
guantes. La memoria será traducida, entre otras, a la lengua manchú por expreso
interés del entonces emperador chino; redescubre el método para elaborar la
tintura púrpura utilizada por los romanos, mediante el empleo de una sustancia
extraída de una determinada especie de molusco (1711); publica la descripción
de la alga marina Fucus (1711),
considerándose uno de los primeros trabajos de criptogamia; estudia la
regeneración de los apéndices de los crustáceos (1712), apuntando la posible
existencia de partículas vivas microscópicas que actuarían en el proceso;
investiga las descargas eléctricas del pez torpedo y el órgano que las produce
(1714); estudia los nidos de avispas (1719) formados por un material semejante
al papel, sugiriendo que la pulpa de la madera podría emplearse como sustituto
del trapo en la elaboración de la pasta de papel; describe los estratos de
conchas fósiles de Touraine (1720); estudia la luz emitida por ciertos moluscos
(1723); publica una memoria sobre la preparación de animales y muestras (1745),
una de las primeras obras de taxidermia; diseña métodos para prevenir la
evaporación del alcohol en los recipientes donde se conservan muestras
biológicas (1746); investiga exhaustivamente la incubación artificial de los
huevos de aves de corral, publicando el que es considerado el primer tratado de
avicultura (1749), que aparecerá en dos volúmenes. He aquí un párrafo de la
obra, donde Réaumur va a poner a prueba la teoría de la preformación:
Hagamos convivir gallinas corrientes con un gallo de
cinco dedos, y gallinas de cinco dedos con gallos normales. Hagamos convivir
gallinas comunes con un gallo sin rabadilla, o gallinas sin rabadilla con un
gallo corriente. Si nacen pollos de emparejamientos entre gallinas y pollos así
combinados, y de hecho nacen, e incluso algunos son capaces de perpetuar su
especie, parece que debemos esperar hechos que decidirán dicha cuestión, ya
que, suponiendo como hemos supuesto que el germen existe antes del
emparejamiento, y que sólo estábamos preocupados de saber si existía en el macho
o en la hembra, los pollos de los que hablamos deben mostrarnos, en razón de
las partes que posean o de las partes que les falten, si es a la hembra o al
macho al que originariamente ha pertenecido el germen. Realizó a este
respecto numerosos experimentos de hibridación con diversas razas de aves, que
Jean Rostand (1971) calificará como precursores de la genética moderna. (Nunca
publicó los resultados de los cruzamientos, que consideró contradictorios, y
para cuya interpretación hubiera requerido de las leyes de Mendel).
En 1752 publica dos
memorias muy importantes sobre la digestión en las aves, en la primera de las
cuales muestra la actividad mecánica y trituradora de la molleja de las aves
granívoras, mientras que en la segunda descubre la digestión química en las
aves de presa mediante experimentos en que les hacía tragar un tubo metálico con
carne en su interior (más tarde vomitado por el ave) y cuyos extremos tapaba
con una malla que permitía el paso de líquidos, descartando así la mera acción
mecánica en dicho proceso digestivo. En experimentos posteriores sustituía la
carne por esponjas, con las que recuperaba el jugo gástrico. Apuntó la
posibilidad de realizar una digestión artificial, experiencia que llevará a
cabo Spallanzani (1783). Claude Bernard (1878), el genial fundador de la
fisiología moderna, dirá de Réaumur que “ha tenido el honor de abrir el camino
al periodo experimental de la fisiología gástrica”; Publica un estudio sobre Vermileo (1753).
Llegamos así a su
obra mayor, a sus Memorias sobre los insectos, Mémoires pour servir à l'histoire des insectes, seis tomos publicados en París entre 1734 y 1742. Obra monumental por
su amplitud, por su detalle, por la novedad absoluta con que irrumpe en la
zoología del siglo XVIII. Se va a decir de Réaumur que es el fundador de la
parasitología, de la entomología económica, de la etología. W. M. Wheeler (introducción
a The natural history of ants de Réaumur, 1926) no dudará en calificarlo como el más importante
entomólogo de la Ilustración.
No estamos ante una vasta recopilación de observaciones de diversos
autores, modalidad entonces al uso. Es Réaumur el protagonista único de estas
Memorias plenamente originales, en un alarde de observación rigurosa y
continuada, y con un énfasis particular en la metodología experimental. Todo es
sometido a revisión, a repetición, a contraste. Nada que no compruebe él mismo
será dado por definitivo. Idea artefactos, instrumentos, nidos artificiales
acristalados; pesa, mide, calcula; una observación le lleva a otra en
inagotable prolijidad, proyectando cientos de experimentos que irán fijando las
Historias de los diferentes grupos de
insectos. Siempre estará atento a la posible utilidad de sus descubrimientos:
la mejora de la apicultura (el tomo V dedica 500 páginas a las abejas, con
numerosas alusiones prácticas), la eliminación de plagas, la fabricación del
papel (tras el estudio de los nidos de avispas), la producción de laca, de
pigmentos, etc.
Las Memorias de Réaumur van a prestar muy poca atención a la taxonomía de
los insectos, para centrarse en sus comportamientos, en los diseños
arquitectónicos de sus nidos, en la estructura de sus capullos, en sus ciclos
biológicos. Él mismo lo va a decir en la introducción: La historia de los insectos es un grande y vasto dominio que puede
surcarse por muchos caminos. La parte que más me interesa es aquella a la que
la mayoría de la gente es más sensible, esto es, la parte que comprende todo lo
relacionado con el diseño, los hábitos, en una palabra: la industria de estos
pequeños animales. En este sentido, aunque Réaumur entró en contacto con
Linneo en 1736 y tuvo acceso a los libros del sabio sueco en que exponía el
Sistema Natural de clasificación binomial, lo cierto es que –además de su
preferencia por los estudios de conducta– desconocía el latín en que estaban
escritos (Torlais, 1961), y no influyeron en las Memorias, que deben
considerarse, por tanto, prelinneanas. Con todo, el estudio del comportamiento
llevó a Réaumur a establecer una suerte de taxonomía etológica, que utilizó
para agrupar los diferentes tipos de insectos.
Réaumur va a ser el primero, antes que Condillac (1755) y Reimarus (1762)
en investigar críticamente el instinto [1]. Pierre Grasse (1957), en su estudio sobre el análisis de los fenómenos
instintivos en la obra de Réaumur, dice: Réaumur
se somete a la regla inflexible de la observación objetiva. Como hacemos hoy en
día, como preconizan los objetivistas, la conducta del insecto es descompuesta
en sus actos elementales; la investigación de las relaciones entre ellos es la
preocupación constante del sabio. …Réaumur ha cultivado el trabajo bien hecho,
no ha dejado ninguna parte a la fantasía. Lo que observa, lo que experimenta,
incluso lo que inventa, escapa a la racionalización, vicio de su siglo, que
creyó poder resolver los grandes problemas por el solo recurso a la Razón. …Para él, todos los hechos son singulares, todos demandan ser escrutados.
Réaumur había proyectado diez tomos para sus Memorias sobre los insectos,
pero sólo llegaron a publicarse los seis primeros. El tomo I trata sobre las
orugas y las mariposas; el II sobre la historia de los insectos enemigos de las
orugas; el III sobre la historia de los insectos “minadores” de las hojas,
sobre las polillas y falsas polillas, sobre los pulgones y sus enemigos, sobre
los falsos pulgones y sobre la historia de las agallas de las plantas y sus
insectos; el IV sobre la historia de los galinsectos [2] y las moscas [3] de dos alas; el V sobre la historia de varias moscas de cuatro alas:
moscas de sierra, cigarras y abejas; el
VI, suplementos sobre las moscas de dos alas.
De acuerdo con Wheeler (loc. cit.),
éste podría haber sido ser el contenido de los tomos restantes: el VII sobre
hormigas y escarabajos; el VIII sobre ortópteros; el IX y el X sobre arañas,
crustáceos, centípedos y gusanos. Por razones que la historiografía no ha
elucidado, Réaumur renunció a continuar sus Memorias entomológicas, aunque su
labor científica y académica siguió siendo muy intensa hasta su muerte. Se ha
comentado a este respecto (Wheeler, loc.
cit.; y Torlais, 1961) la enemistad y diferencias insalvables que Réaumur
mantuvo con Buffon, por entonces joven académico influyente que en 1749 publicó
los primeros volúmenes de su célebre Historia
Natural (1749-1788), de enorme
éxito popular. Buffon desdeñó el estudio de los insectos, en velada alusión a
Réaumur. Éste dudó de un proyecto tan amplio y ambicioso como esa Historia anunciada, donde las
observaciones directas de Buffon eran escasas. Se ha llegado a sospechar, sin
mucho fundamento, de la intervención de Réaumur en las Cartas a un Americano sobre la Historia Natural General y particular de M. Bufón, de Lignac (1751-1756), su amigo y
vecino, texto muy crítico con la obra de Buffon. Sea como fuere, el éxito
abrumador de la Historia Natural de Buffon –de gran calidad literaria– pudo haber eclipsado o disuadido
a Réaumur de proseguir con la publicación de sus Memorias sobre los insectos.
Destaquemos, finalmente, su labor como coleccionista. Su Gabinete de Curiosidades fue uno de los
más ricos de Europa en especies, particularmente de moluscos. Pretendía Réaumur
que la colección fuera un lugar de referencia y ayuda a la investigación,
solicitando ejemplares de todas partes del mundo junto a datos sobre la
biología de los mismos. Al fallecer, su discípulo M. J. Brisson asumió el cargo
de conservador del Gabinete y estudió
la colección de aves, publicando una importante Ornitología en seis tomos (1760).
Réaumur mantuvo abundante correspondencia con científicos de la época,
tuvo numerosos corresponsales extranjeros vinculados a la Academia de Ciencias
de París, como Von Haller y De Geer, y fue maestro de no pocos discípulos
–citemos al mismo De Geer, a A. Tremblay, a M. P. Lyonet, a M. J. Brisson, a C.
Bonnet–. Con todos mostró interés, generosidad, afabilidad. La misma afabilidad
que recorre toda su obra científica. Acaso nada mejor para saber quién era
Réaumur, que reproducir la carta que Charles Bonnet –el descubridor de la
partenogénesis y autor de una extraordinaria Historia Natural (1779-1783)– envió el 11 de Setiembre de 1757, tras la muerte de Réaumur, a de Fouchy, secretario perpetuo de la
Academia, carta con la que cierra Torlais (1961) su espléndida biografía del
sabio francés:
Señor: ¿Qué amigo acabamos de
perder? M. de Réaumur ya no está, ¡y Francia y la república de las letras han
perdido en él a una de sus más grandes figuras¡ Ya no está ese padre bueno, ese
hombre que nos enseña los caminos que llevan a la verdad; echo de menos a un
amigo de 19 años, cuya relación me fue tan útil como dichosa. Amaré siempre su
memoria, ha sido mi guía; lo será siempre…
Sus cartas, que conservo en
gran número, respiran esa amistad tierna, delicada, que caracteriza a los
verdaderos amigos…; muestran sagacidad en la búsqueda de los hechos, esa marcha
sabiamente pausada que jamás abandonó. Enseñan al mundo todo aquello necesario
al arte de la observación, que él poseía en grado eminente… Le muestran preso
del deseo de contribuir con sus trabajos al bien de los hombres. Hacen brotar -a
los ojos de aquellos que no saben o no quieren ver- innumerables ideas nuevas y
útiles repartidas entre sus obras, que devendrán prácticas en unas manos tan
hábiles como las suyas; pero sobre lo que no podrá insistirse suficientemente,
es en el gran número de excelentes discípulos que ha formado. Los hechos que
han descubierto, y los que descubrirán, pueden considerarse como emanaciones
del genio del maestro, que vive en ellos…, y si podemos reprocharle el ser muy
prolijo en los detalles…es que era menester que escribiera como veía, para
ajustarse fielmente a lo observado. Viajó a menudo por un mundo poco conocido,
donde las maravillas se multiplican a cada paso… Qué tesoro de conocimientos
nos depararán los filósofos si siguen en sus investigaciones el método del gran
hombre que lloramos.
* * *
Página del manuscrito original de la Histoire des Fourmis de Réaumur
En 1925, W. M. Wheeler, el gran
mirmecólogo americano, solicitó consultar los manuscritos de Réaumur
conservados en la Academia de Ciencias de París. Entre ellos se encontraba un
manuscrito inédito sobre hormigas titulado Histoire
des Fourmis, junto a diversas notas sueltas sobre el mismo tema.
Anteriormente, Flourens (1860) había reparado en dicho manuscrito, publicando
algunos párrafos. El enorme interés que tenía para la historia de la
Mirmecología –a pesar de su carácter inconcluso– hizo que Wheeler lo
tradujera al inglés, publicándolo en 1926 con numerosas anotaciones. Se
trataba, según explica Wheeler en su larga introducción, de la primera parte de
las dos proyectadas para el tomo VII de las Memorias sobre los insectos. Dos años
después apareció una edición francesa con introducción de E. L. Bouvier y notas
de C. Perez (1928). El manuscrito sobre los escarabajos, que hubiera
constituido la segunda parte del tomo VII, se publicó en 1955 con introducción
de M. Caullery y notas de P. Lesne y F. Picard.
* * *
Para la traducción española de la Historia
Natural de las hormigas de Réaumur,
hemos utilizado la versión inglesa de W. M. Wheeler de 1926, consultándose en
algún caso la versión francesa de 1928 (de la que se han tomado algunas de las
notas de C. Perez). Además del texto del manuscrito, decidimos traducir
igualmente las extensas e interesantísimas anotaciones que Wheeler reunió al
final de su edición, y que suman un total de 162. Wheeler (1865-1937),
científico norteamericano, se inició en investigaciones embriológicas,
morfológicas y de Biología marina. Pronto derivó al estudio de los insectos
sociales, especialmente de las hormigas, considerándosele como uno de los
mayores especialistas en esta materia. La lista de sus publicaciones asciende a
500, siendo su campo de actividad muy amplio: realizó trabajos de taxonomía,
ecología y comportamiento; descubrió el fenómeno de la trofalaxia, de enorme
importancia para la comprensión de las sociedades de hormigas, y fue autor de
una obra fundamental que marcó un hito en la Mirmecología: Ants, their structure, development and behavior (1910). Persona muy culta, con inquietudes filosóficas e históricas,
dominaba varias lenguas clásicas y modernas. Las anotaciones de Wheeler al
texto de Réaumur son de hecho una aportación preciosa a la historia de la
Mirmecología: el lector en lengua española verá pasar ante sí a los autores
antiguos que trataron sobre las hormigas, conocerá el origen de las leyendas,
de los mitos que se forjaron durante siglos, percibirá el lento camino que supuso
la introducción paulatina del método científico, conocerá a la pléyade de
investigadores que en el siglo de las Luces fundaron el estudio de las hormigas, se
asomará a varios textos de William Gould –el autor del primer libro impreso
sobre las hormigas (1747)–, oirá los nombres de nuestros naturalistas Herrera y
Oviedo, se sumergirá, de manos del sabio americano, en el apasionante enigma de
las plagas de hormigas que asolaron las islas de las Antillas Occidentales en
los siglos XVI y XVIII…
Varios de los trabajos de Réaumur fueron traducidos, ya en el siglo
XVIII, al inglés, al alemán y al holandés, con varias reediciones modernas. En
español sólo hemos localizado un Tratado
del Hierro y Acero (1775) traducido por Don Antonio Smith “de orden de S. M.”,
que tiene como autores a Henry Horne y a Mr. de Réaumur, del que se traduce la
4ª memoria y extractos de las restantes que componían L'art de convertir le fer forgé en acier (1722); en el
prólogo del traductor se hace mención a una Chymica
raciocinada de Baumé (circa 1774)
con extractos de memorias de Réaumur. Aparece citado profusamente, aunque no se
trata de una traducción directa, en el Nuevo plan de colmenas: o tratado
histórico-natural, físico, económico de las abejas (1798) preparado
y traducido por José Antonio Sampil.
En nuestra
traducción, los números superíndices en el texto corresponden a las anotaciones
de Wheeler; las notas a pie de página del traductor vienen indicadas por (N. T.),
las de C. Perez por (C. P.) y las correspondientes a Réaumur van sin indicación.
La traducción fue
revisada por Xavier Roig. Su trabajo fue meticuloso, frase a frase, con
numerosos cambios y correcciones. Su dominio de la terminología biológica y
agrícola –y de varios idiomas– facilitó
la resolución de muchas dudas y el feliz hallazgo de no pocos términos cuya
traducción era ciertamente difícil. Rediseñó en forma de diario el apartado de
las Hormigas grandes de Montigny,
clarificando el texto. Suyas son
también varias de las notas, y suyas las traducciones de las notas de C.
Perez. Esta primera traducción al
español de la Historia Natural de las
Hormigas de Réaumur, debe mucho a Xavier Roig.
Réaumur ilustró los seis tomos de sus Memorias sobre los insectos con 267
grabados realizados por Simmoneau,
Haussard, Filloeul y Lucas. Para el tomo VII, y concretamente para la memoria sobre
las hormigas, tenía proyectado varias ilustraciones –según queda expuesto
en una de sus notas–,
pero no se ha conservado ninguna. La versión inglesa de Wheeler incorporaba dos
láminas: un retrato de Réaumur y un
facsímil de una las páginas del manuscrito original (ambas incluidas en nuestra
edición como figura 1 y 2), pero carecía de ilustraciones zoológicas. Ángel Barrera
Aldemira se encargó de coordinar la ilustración del libro, con fotografías en
blanco y negro referentes a los temas tratados por Réaumur. Utilizó para ello
la galería de fotos del Foro La Marabunta en Internet (www.lamarabunta.org), web hispana dedicada
a las hormigas. Seleccionó finalmente 19 fotografías (añadiendo los pies
descriptivos), en un trabajo nada fácil de fidelidad al texto que, a buen
seguro, hubiera complacido a Réaumur. Los autores de las fotografías son: Ángel
Barrera Aldemira (Fig. 8, 16, 21 y portada); Federico García García (Fig. 3, 7,
11, 13, 14 y 15); Roberto Huertas García (Fig. 17); Juan Jesús López Cortés
(Fig. 5, 9, 10, 12, 20); Alexandre Portheault (Fig. 19); Álvaro Rodríguez
Alberich (Fig. 17); Luis Ugedo (Fig. 4) y Antoni Verdú Cabo (Fig. 18). Kiko
Gómez Abal ayudó a determinar
algunas de las especies fotografiadas.
A todos ellos, a
Ángel Barrera Aldemira, a Xavier Roig: muchas gracias.
Madrid, Enero de 2006
José María Gómez Durán
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de Mr. de Réaumur y el Extracto de las demás del mismo autor, que componen el
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l'Académie royale des sciences de Paris, p.
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1709. Formules générales pour déterminer le point d’intersection de deux
lignes droites infiniment proches, qui rencontrent une courbe quelconque vers
le même côté, sous des angles égaux. Mémoires de
l'Académie royale des sciences de Paris, p.
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l'Académie royale des sciences de Paris, p. 439-490.
1710. Examen de la soie des Araignées. Mémoires de l'Académie royale des sciences de
Paris, p. 386-408.
1711. Expériences pour connaître si la
force des cordes surpasse la somme des forces des fils qui composent ces mêmes
cordes. Mémoires de l'Académie royale des sciences de
Paris, p. 6-16.
1711.
Découverte d'une nouvelle teinture de pourpre et diverses expériences pour la
comparer avec celle que les anciens tiraient de quelques espèces de coquillages
que nous trouvons sur nos côtes de l’océan. Mémoires de l'Académie royale
des sciences de Paris, p. 166-196.
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Description des fleurs et des graines de divers fucus
et quelques autres observations physiques sur ces mêmes plantes. Mémoires
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dans les écrevisses, les homards, les crabes... et entre autres sur celles de
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Paris, p. 223-241.
1714. Des effets que produit le poisson
appelé en français Torpille, ou Tremble sur ceux qui le touchent, et de la
cause dont ils dépendent. Mémoires
de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 223-241.
1715. Observations sur les mines de
turquoises du royaume, sur la nature de la matière qu'on y trouve, et sur la
manière dont on lui donne la couleur. Mémoires
de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 174-202.
1716. Observations sur la matière qui colore les pierres
fausses, et sur quelques autres matières animales d'une semblable couleur à
l’occasion de quoi on essaie d’expliquer la formation des écailles des poissons.
Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 229-244.
1717. Observations sur le coquillage appelé
pinne marine ou nacre de perle, à l'occasion duquel on explique la formation
des perles. Mémoires de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 177-194.
1718.
Essais de l’histoire des rivières et ruisseaux du Royaume qui roulent des
paillettes d'or; avec des observations sur la manière dont on ramasse ces
paillettes, sur leur figure, sur le sable avec lequel elles sont mêlées, et sur
leur titre. Mémoires de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 68-88.
1719. Histoire des guêpes. Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 230-277.
1720.
Remarques sur les coquilles fossiles de
quelques cantons de la Touraine, et sur les utilités qu’on en tire.
Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 400-416
1721. Reflexions sur l'état des bois du Royaume ; et
sur les précautions qu’on pourroit prendre pour en empêcher le dépérissement,
et les mettre en valeur. Mémoires de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 284-301.
1722. L'art de convertir le fer forgé en acier et l'art
d'adoucir le fer fondu, ou de faire des ouvrages de fer fondu aussi finis que
le fer forgé.
Paris, Brunet.
1723. Description de l’art de fabriquer les ancres. (Con notas y adiciones de M. Duhamel). Presentado en la Académie royale des sciences de Paris. Publicado como «Fabrique des ancres» en Descriptions des Arts et Métiers. Académie royale des sciences de Paris, 1761.
1723.
Des merveilles des dails ou de la lumière qu'ils
répandent. Mémoires de l'Académie royale
des sciences de Paris, p. 198-204.
1724. De
l’arrangement que prennent les partis des matières métalliques et minérales,
lorsqu’aprés avoir été mises en fusion, elles viennent à se figer. Mémoires de
l'Académie royale des sciences de Paris, p. 307-316.
1725.
Principes de l'art de faire le fer
blanc. Mémoires de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 102-130.
1727.
Idée générale des différentes
manières dont on peut faire de la porcelaine et quelles sont les véritables
matières de celle de la Chine. Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris,
p. 185-203.
1729.
Second mémoire sur la porcelaine ou
suite des principes qui doivent conduire dans la composition des porcelaines de
différents genres... Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris,
p. 325-344.
1730.
Règles pour construire des
thermomètres sont les degrés soient comparables et qui donnent des idées d'un
chaud ou d'un froid qui puissent être rapportés à des
mesures connües. Mémoires de l'Académie royale des sciences de Paris,
p. 452-507.
1731.
Second mémoire sur la construction
des thermomètres dont les degrés sont comparables avec des expériences et des
remarques sur quelques propriétés de l’air.
Mémoires
de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 250-296.
1734-1742. Mémoires pour servir à l'histoire des insectes. Paris Imp. Royale, 6 vol. in-4, illustrés de 267 pl.
1739.
Art de faire une nouvelle espèce de
porcelaine par des moyens extrêmement simples et faciles ou de transformer le
verre en porcelaine... Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris,
p. 370-388.
1745. Mémoires sur la préparation des objets
d’histoire naturelle. (Citado por V. Quérard, La France Littéraire, vol. 7, 1835, p. 481)
1746. Moyens d'empêcher l'évaporation des liqueurs
spiritueuses, dans lesquelles on veut conserver des productions de la Nature de
différens genres.
Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 483-538.
1749. Art de faire éclore et d'élever en toute saison des
Oiseaux Domestiques de toutes espèces, soit par le moyen de la chaleur du
fumier, soit par le moyen de celle du feu ordinaire. Paris, de l’Imprimerie Royale,
1ª ed. : 1749, 2ª ed. : 1751. 2 vols.
1752.
Sur la digestion des oiseaux. Premier Mémoire. Expériences sur la manière dont se
fait la digestion dans les oiseaux
qui vivent principalement de grains et herbes, et dont l’estomac est un gésier. Mémoires
de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 266-307.
1752.
Sur la digestion des oiseaux. Second Mémoire. De la manière dont elle se fait dans
l’estomac des oiseaux de proie. Mémoires
de l'Académie royale des sciences de Paris, p. 461-495.
1753. Histoire du Ver-lion. Mémoires de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 402-419.
1754. Observation sur un nid d’oiseau fossile. Histoire de l'Académie royale des
sciences de Paris, p. 30.
1926. The natural history of ants. From
an Unpublished Manuscript in the Archives of the Academy of Sciences of Paris . Translated and annotated
by W.M. Wheeler. A. A. Knopf , New York , xvii, 280 p.
1928.
Histoire des fourmis. Introduction de E.L. Bouvier; avec notes de Charles
Perez. Paris: P.
Lechavalier.
1955.
Histoire
des scarabés. Introduction
de M. Caullery; mise en ordre et notes par P. Lesne et F. Picard. Paris:
Lechevalier.
REIMARUS H. S.,
1762. Allgemeine
Betrachtungen über die Triebe der Thiere, hauptsächlich über ihre Kunsttriebe
(Observaciones generales sobre los instintos de los animales).
ROSTAND, J., 1971. El
correo de un biólogo. Ed. Alianza Editorial.
SAMPIL, J. A., 1798. Nuevo plan de colmenas o Tratado
histórico-natural, físico, económico de las abejas, en que se compendian las
exactas observaciones de MM. Swammerdam, Reaumur, Maraldi, Rien y otros
curiosos ensayos que hicieron varios aficionados extrangeros por medio del
ingenioso sistema de colmenas que aquí presentan, Madrid, Benito Cano, 11 hojas
+ 264 pp. + 3 láminas.
SPALLANZANI, L.,
1783. Expériences sur la digestion de l'homme et de différentes espèces
d'animaux. À Génève: chez Barthelemi Chirol.
SWAMMERDAM, J., 1737-1738. Biblia Naturae; sive Historia Insectorum, in Classes certas redacta,
nec non exemplis, et Anatomico variorum animalculorum examine, aeneisque
Tabulis Illustrata. Insertis numerosis rariorum naturae observationibus. Omnia
in Lingua Batava... Acc. Praefatio, in qua vitam auctoris descripsit H.
Boerhaave... Latinam versionem H.D. Gaubius. Leiden:
Isaac Severinum...
TORLAIS, J., 1961. Réaumur. Un esprit
encyclopédique en dehors de l’Encyclopédie. Librairie Blanchard (Paris):
480 pp.
WHEELER,
W. M., 1910, 2ª ed.: 1926. Ants: their structure,
development and behaviour. Columbia Univ. Press, New York , xxv + 663 pp.
NOTAS
[1] El concepto de instinto ha tenido un largo
recorrido hasta bien entrado el siglo XX. En los primeros tiempos podía
asimilarse, en un sentido amplio más allá del de simple comportamiento
primario, a lo que hoy llamamos conducta animal. Más tarde fue asimilado, de
forma más restrictiva, a lo que ahora denominamos patrones herededados o fijos
de conducta. (N. T.).
[2] Nombre con el que designaban algunos autores
antiguos a los homópteros correspondientes a la superfamilia coccoidea (por ejemplo, kermes y
cochinillas). (N. T.).
[3] La denominación de moscas
tiene en Réaumur un significado muy genérico, no ligado exclusivamente a los
dípteros, sino a numerosos grupos de insectos caracterizados por la posesión de
uno o dos pares de alas membranosas y transparentes (moscas de dos o cuatro
alas, respectivamente). (N. T.).
[4] La mayoría de las Memorias académicas de Réaumur
pueden consultarse, digitalizadas, en la página web de la Academia de Ciencias Francesa, en la sección de Archivos: http://www.academie-sciences.fr/.
Varios tomos de las Mémoires pour
servir à l'histoire des insectes, con sus ilustraciones, son
accesibles en la página web de textos digitalizados de la Biblioteca Nacional de Francia: http://gallica.bnf.fr/. (N.T.).
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